Motor

El nuevo Mazda CX-5 se mira en el espejo de los SUV premium

  • El todocamino japonés mejora en diseño, crece en tecnología y ofrece una vida a bordo más refinada. Ya a la venta desde 26.600 euros sin incluir descuentos.

Jorge Arenas

El Mazda CX-5 es un modelo importante para la marca. Tanto, que acapara nada menos que el 40% de las ventas totales. Y la cosa va en aumento, ya que cada año sube el volumen. ¿Y por qué tocar algo que funciona? Sencillamente, porque los coches tienen su ciclo de vida y a este Mazda ya le tocaba una renovación.

El CX-5 que se acaba de presentar no es una nueva generación sino una profunda renovación de la actual. Cambian muchos aspectos, los justos para lograr que el SUV parezca prácticamente otro, pero sin llegar a alterar la esencia, que es de lo que se trata.

Lo primero que salta a la vista es la estética, ahora más refinada y con unos trazos más depurados, en línea con los últimos diseños de la marca. Los grupos ópticos son más afilados, la parrilla es diferente y, en general, tiene mayor presencia. En el interior la disposición es ahora más horizontal y los mandos parecen estar dispuestos en torno al conductor. También cambia la puesta en escena gracias a una nueva selección de pieles y pespuntes para la tapicería, que, de alguna manera, ponen una nota distintiva frente a los rivales de su segmento.

Novedades Skyactiv

En el apartado de motores, la novedad viene de la parte de gasolina, que es la que más interesa a la marca ya que es la que más acapara en el mix de ventas (65% frente al 35% de diésel). Esta novedad atañe al 2.5 de 194 CV que, desde este momento, cuenta con un sistema de desconexión selectiva de cilindros en condiciones de carga baja para reducir el consumo y las emisiones. Esto quiere decir que siempre que se circule a velocidad sostenida y sin pisar mucho el acelerador, la mitad de los cilindros (2) dejan de funcionar para conseguir ese nivel de eficiencia. Este propulsor, en cualquier caso, no llegará a la gama hasta septiembre.

El otro motor de gasolina es un 2.0 de 165 CV (160 en el caso de la versión con tracción total), también atmosférico, que sí hemos podido conducir y que resulta fino y suave, aunque algo gastón y escaso en prestaciones. Quizá estemos ya muy acostumbrados a la sobrealimentación en coches de este segmento y potencia, pero lo cierto es que se echa de menos algo más de brío, sobre todo a la hora de realizar determinadas maniobras como adelantamientos. Probablemente el 2.5 de 194 CV sea un motor más redondo en estos apartados.

El grupo diésel está formado por el bloque de 2,2 litros que ofrece dos niveles de potencia: 150 y 175 CV. Por consumo y prestaciones son, sin duda, la mejor apuesta. Eso sí, en refinamiento no hay quien gane a los gasolina.

Otro elementos encuadrados dentro de la tecnología Skyactiv que han sido modificados en el nuevo Mazda CX-5 son la carrocería, que ha mejorado su rigidez torsional en un 15%, y otros apartados como la suspensión, la dirección y los frenos. También ha dado un paso adelante el sistema de tracción total i-activ AWD y se ha sumado a la gama el control vectorial del par (G-vectoring control) que mejora la motricidad en curva.

La vida a bordo

Algo en lo que se ha fijado Mazda especialmente a la hora de definir su nuevo CX-5 es el confort en el habitáculo. Por ello, lo primero que ha hecho ha sido eliminar los ruidos a bordo. Gracias a una serie de elementos insonorizantes dispuestos tanto en la carrocería como en el interior, en el SUV se respira un ambiente más premium y menos generalista, que es precisamente uno de los objetivos que se ha fijado la marca para distinguirse de la competencia.

Si hablamos de seguridad, el sistema i-activesense se sirve de la cámara delantera y de un sensor que denominan cuasi-milimétrico, para recopilar información y hacer funcionar asistentes a la conducción como el control de crucero con función Stop&Go, el reconocimiento de señales de tráfico o los faros LED adaptativos cuyas luces de carretera no deslumbran gracias a que sus diodos se encienden, apagan o atenúan en función de las circunstancias. Estas luces tienen, también, un modo autopista que eleva el eje óptico para una iluminación óptima.

En materia de funcionalidad llegan interesantes novedades como el nuevo Head Up Display que proyecta información relevante en el parabrisas, los respaldos traseros modulables, las tomas USB ubicadas en el interior de los reposabrazos delantero y posterior o el portón de accionamiento eléctrico.

Ya disponible, el nuevo CX-5 tiene un precio de partida de 26.600 euros en gasolina y 28.850 euros en diésel, a los que habría que restar un descuento de 2.500 euros en ambos casos.




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