Motor
Toyota, Audi, Nissan... las grandes marcas muestran los avances en su coche autónomo en el CES 2017
Juan Luis Soto
Cuando parece que los salones internacionales del automóvil entran en crisis, vemos cómo en otro tipo de muestras se está gestando la que será gran revolución del sector. En el Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas hemos asistido a una serie de hechos que podrían determinar no sólo el rumbo de la industria automovilística, sino también cómo van a ser los coches en los que nos desplazaremos en un futuro que se antoja cada vez más cercano.
No es casualidad que Toyota haya elegido esta muestra versada sobre las nuevas tecnologías para presentar si Concept-i. No es ya solamente un coche robotizado para desplazarse de un sitio a otro. Se trata de un soporte motorizado que alberga en su interior una auténtica inteligencia artificial capaz de interactuar, comunicarse en un plano de diálogo con nosotros y aprender de nuestros hábitos de conducción o necesidades de transporte.
El que este coche experimental sea capaz de conducirse o ser conducido pasa ya a un segundo plano. Las posibilidades que se abren con la inteligencia artificial llegan más allá del simple desplazamiento pues en la práctica podrá ayudar a organizarnos el tiempo, resolver problemas cotidianos, asesorarnos sobre infinidad de cuestiones... ¿Convertirse en nuestro ayudante? ¿O nuestro socio?
Carlos Goshn, mientras tanto, ha declarado en el mismo escenario que el próximo Nissan Leaf estará equipado del sistema de conducción autónoma ProPilot, acelerando así la llegada de esta revolucionaria tecnología a sus coches de serie. Y mientras llega, la marca va a comenzar este mismo año ensayos en ciudades de Japón con coches de transporte de mercancías sin conductor, paso previo antes de instaurar en 2020 el servicio para viajeros.
Pero no acaba aquí el interés de la compañía en automatizar la conducción. El máximo responsable de la alianza Renault-Nissan también ha desvelado el desarrollo de una nueva plataforma para vehículos, bautizada Seamless Autonomous Mobility -SAM- que utiliza técnicas desarrolladas por la NASA para suplir los problemas que pueda presentar la ausencia de inteligencia humana al volante.
Gran alianza frente a las tecnológicas
Pero casi más importante que las anteriores es la noticia también surgida estos días durante la celebración del salón de Las Vegas. Las empresas automovilísticas han visto cómo el sector tecnológico comenzaba a tomar la delantera en el campo de los vehículos autónomos. Con un "hasta aquí hemos llegado", Toyota y Ford han anunciado la formación de un consorcio en el que también estarán el grupo PSA, Mazda Motor, Suzuki, Subaru y otras empresas proveedoras de equipo como Elektrobit, Xevo y Luxoft. El objetivo sería establecer cuanto antes las bases tecnológicas de la conducción autónoma generalizada y no perder terreno frente a Google y Apple, que hasta ahora habían tomado la iniciativa en cuanto a desarrollarla.
¿Y cómo serán estos vehículos autónomos? Pues quizá no como los imaginamos. El salón CES, como hemos dicho, ha sido aprovechado por la industria automovilística para presentar sus prototipos más avanzados. Y una generalidad en todos ellos ?Chrysler Portal, BMW i Inside Future, Toyota concept i- es que disponen de un volante, escamoteable o no, para ser conducidos de forma manual. Todo indica que la figura del conductor seguirá siendo necesaria y que, como en el caso del Toyota, será esencial para interactuar con la inteligencia de la máquina y que esta aprenda de nuestra conducción.
Buena prueba de ello es el Audi Q7 autónomo desarrollado junto a la empresa Nvidia, seguramente el proyecto más ambicioso y avanzado de los presentados. Al igual que el Toyota Concept-i, basa su sistema de conducción automatizada, llamado PilotNet, en la inteligencia artificial. El coche va aprendiendo y desarrollando su autonomía en función a lo que le enseña el conductor humano, lo que en Audi han bautizado como 'Deep Learning'. Los responsables declararon en Las Vegas con plena seguridad que el vehículo estaría disponible en el mercado antes de 2020, además de que el año que viene ya estará disponible un A8 equipado ya con este tipo de tecnología suministrada por Nvidia aunque no tan evolucionada y todavía en el nivel de coche semiautónomo.
También hemos visto que, paralelamente a la conducción autónoma, se están desarrollando toda una serie de tecnologías satélite que complementarán de forma determinante la circulación automatizada. Es el caso del sistema HoloActive Touch de BMW, que permite controlar las funciones de a bordo mediante un holograma en 3D que se proyecta delante del conductor. Supondría un paso más allá de las actuales pantallas táctiles. O podemos citar también el no menos sorprendente XtraVue de Valeo, un sistema de visión que permite ver a través del vehículo que nos preceda mediante un sofisticado programa interconectado por radio y que se apoya en las imágenes retransmitidas por las cámaras de otros vehículos circulando por la zona.