30 años de Peugeot en el Dakar: del 205 T16 de Ari Vatanen al 3008 DKR de Carlos Sainz
Jorge Arenas
Acaba de dar comienzo la edición 2017 del que, probablemente, sea el raid más duro del mundo. O al menos, el más mediático. El Dakar de este año ha dado el banderazo de salida a un recorrido de más de 9.000 kilómetros, que transcurrirá durante un par de semanas por las pistas de Argentina, Paraguay y Bolivia. Muchos serán los pilotos que se batirán en duelo en la carrera, pero uno de los más destacados, sin duda, será el español Carlos Sainz, integrante del equipo Peugeot Total junto a su copiloto Lucas Cruz.
El coche con el que se moverá este año por los terrenos de América del Sur es el Peugeot 3008 DKR, una evolución del 2008 DKR con el que corrió el año pasado y que, según comenta el mismo Sainz, ha resuelto todos los problemas de fiabilidad que arrastraba. Un buggie muy evolucionado, que tiene algo en común con su abuelo el Peugeot 205 T16 que volaba por el Dakar africano hace ahora 30 años.
Así era el Peugeot 205 T16
Cuando Peugeot preparó su asalto al Dakar a finales de los años ochenta del pasado siglo, ya tenía en casa la mejor base mecánica sobre la que trabajar: el 205 Turbo 16. Este automóvil de competición fue diseñado para conquistar el mundial de rallyes, sobre la base de una versión de calle homologada como Grupo B.
El Peugeot el 205 Turbo 16 compitió en el Mundial de Rallies entre 1984 y 1986, donde sumó dos mundiales de pilotos con Timo Salonen y Juha Kankkunen, y otros tantos de marcas. En total venció en 16 rallies, el primero de ellos, el 1.000 Lagos de Finlandia del año 1984, con Ari Vatanen al volante.
También dirigido por Jean Todt, el equipo Peugeot del Dakar trabajó sobre esta base para construir el mejor coche de raids de su época. La distancia entre ejes se amplió 33 centímetros para poder alojar un depósito de combustible adicional de 190 litros, que permitiera cubrir las largas etapas del Dakar. También se aumentaron los recorridos de la suspensión, y se montaron nuevas rótulas y triángulos reforzados, y llantas y neumáticos más resistentes. El trabajo en el chasis se completó con la introducción de la dirección asistida y en el habitáculo se adaptó la instrumentación a los nuevos requerimientos de la competición, con instrumental de navegación.
En el motor se trabajó en aumentar la fiabilidad, en adaptarlo al trabajo en altas temperaturas ambientales y en mejorar la respuesta a medio régimen. Por este motivo, el bloque de aleación XU8T de cuatro cilindros y 1.775 cm3, con un enorme turbo Garret, redujo su potencia hasta 380 CV. La caja de cambios recibió una nueva piñonería reforzada y desarrollos adaptados al Dakar, con un desarrollo final más largo para rodar 'desahogado' a altas velocidades en las pistas y desiertos africanos.
Una gran evolución, misma filosofía
Al ser automóviles de competición, el diseño de los Peugeot 205 Turbo 16 y 3008 DKR está delimitado por los diferentes reglamentos técnicos de sus épocas. Pero ambos buscan un mismo objetivo: velocidad, fiabilidad y adaptabilidad a los diferentes terrenos y superficies que se afrontan en un Dakar. En el Peugeot 205, se partió de la buena base de un coche de rallies, que, a su vez, se derivaba de un modelo de calle. El 3008 DKR es una profunda evolución del 2008 DKR, que se diseñó desde un papel en blanco.
Ambos automóviles tienen una configuración básica parecida. Los dos disponen de un chasis tubular de acero (que en el caso del 205 T16, añade una zona central monocasco derivada del coche de serie), con suspensiones de dobles triángulos y grandes recorridos; y el motor ubicado en posición central (en disposición longitudinal, en el caso del 3008 DKR). Sin embargo, la mayor diferencia entre estas dos máquinas de competición se centran en su motor, sistema de tracción, interior y dimensiones generales.
El 205 Turbo 16 monta un pequeño bloque de gasolina de cuatro cilindros en línea y 1,8 litros de cilindrada, que gracias al aporte de un enorme turbo, ofrece una elevada potencia. El 3008 DKR apuesta por un bloque diésel de mayor tamaño y cilindrada, que entrega menos potencia máxima, pero más par motor. El sistema de tracción del 205 es integral, porque se adaptaba a un reglamento de coches con cuatro ruedas motrices. Al encuadrarse dentro de la categoría de los buggies, al 3008 DKR tiene tracción a un solo eje (el trasero), aunque se beneficia de un sistema de inflado/desinflado automático, que facilita las cosas al piloto en determinadas situaciones como el paso por las dunas.
Otras diferencias tienen que ver con las comodidades a bordo que ofrecen, por ejemplo, sistemas como el aire acondicionado que sí tiene el 3008 y no tenía el 205, capaz de funcionar hasta 12 horas al día para reducir los 60 grados de temperatura que se llegan a alcanzar en el habitáculo. En cuanto a las dimensiones, salta a la vista la evolución que ha habido de la carrocería de utilitario del 205 a la silueta SUV del 3008, que impone por sus cotas de anchura y altura.