La vuelta al mundo en un Ford T
Jorge Arenas
Una pareja holandesa lleva años recorriendo las carreteras y pistas del planeta a bordo de un Ford T con más de 100 años de vida. Si Henry Ford levantara la cabeza...
"Voy a construir un coche para el pueblo, el automóvil universal". Estas fueron las palabras de Henry Ford antes de lanzar al mercado, allá por 1908, el Ford T. Un modelo que supuso toda una revolución por su precio contenido y porque fue el que estrenó el sistema de producción en cadena, lo que permitió abaratar costes y llegar a una gran masa de población que por aquel entonces ni soñaba con la posibilidad de poseer un vehículo propio.
El Ford T se fabricó entre 1908 y 1927. Un período en el que salieron de las cadenas de montaje nada menos que 15 millones de unidades. Era un coche sencillo y contaba con un motor de cuatro cilindros y 2,9 litros, que entregaba 20 caballos a escasas 1.600 rpm. Su caja de cambios de 2 velocidades (y marcha atrás) le permitía alcanzar los 71 km/h de velocidad punta y su consumo era de 20 litros a los cien. No es precisamente eficiente en términos actuales, pero a principios del siglo pasado era todo un logro alcanzar estas cifras.
El modelo T fue un éxito total para la industria de la automoción, pero estamos seguros de que ni siquiera Henry Ford se podría imaginar que más de un siglo después alguien sería capaz de dar la vuelta al mundo en uno de sus coches. Y aquí es donde empieza la historia de Dirk y Trudy Regter, un matrimonio holandés que hace cuatro años decidió dejarlo todo para recorrer el mapa de punta a punta a bordo de una auténtica reliquia sobre ruedas.
Dirk y Trudy, ambos jubilados, son propietarios de este Ford T de 1915 desde 1997. Antes ya habían tenido un Ford T de 1923 y de un Ford A de 1928. Su pasión por los clásicos viene de muy atrás, ya que el padre y el abuelo de Dirk se encargaron de llenar el garaje familiar con modelos de la firma americana.
Los Regter comenzaron su andadura en el verano de 2012. La pareja recorrió 22.000 kilómetros en 180 días durante la primera etapa del viaje, que les llevó desde su hogar en la localidad holandesa de Edam hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; en 2013, cruzaron Estados Unidos y Canadá, recorriendo 22 estados y 28.000 kilómetros durante 180 días; en 2014 cubrieron otros 26.000 kilómetros a través de Sudamérica en otros 180 días.
Pero lo peor estaba por llegar cuando, ese mismo año y ya de vuelta en Europa, sufrieron un accidente en una carretera belga que los dejó fuera de juego. Tras ser embestidos por un camión, el coche sufrió graves daños aunque afortunadamente la pareja resultó prácticamente ilesa.
En cualquier caso, todo son halagos y buenos recuerdos acerca de su Ford. A Dirk le gusta contar batallitas como estas: "En la frontera entre Sudáfrica y Botsuana conocimos a un granjero que tenía un viejo Ford T en el granero y nos dio la rueda de repuesto de regalo para el camino". Otra vez, cuenta, "en África tuvimos que soldar una rueda delantera rota en el herrero local". "Soy bastante mañoso y un destornillador, un martillo, algo de cinta adhesiva, unas bridas y correas tensoras te pueden llevar muy lejos", añade un entusiasta Dirk.
Hasta el momento, este intrépido matrimonio ha recorrido casi 80.000 kilómetros disfrutando de la aventura y también apoyando diversos proyectos impulsados por la organización internacional e ayuda infantil SOS ? Children's Villages. La idea ahora es volver a dejar su coche como nuevo para lanzarse otra vez a la aventura en los próximos años. Próximas paradas: Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, India y China.