Motor
Nueva misión de James Bond: Dios salve a la Reina... y de paso a Aston Martin
Juan Luis Soto
Una de las mejores campañas de imagen del Reino Unido son sin duda la saga de películas de James Bond. El famoso agente 007, perteneciente al servicio secreto exterior MI6, tiene permiso para matar... Pero también para utilizar lo más icónico del país en sus espectaculares aventuras Vestido con los mejores trajes londinenses, Bond conduce habitualmente un Aston Martin, perfecta imagen del estilo británico de comprender el automóvil.
El "Britain is great" se cumple a la perfección en la imagen que da el agente en sus películas entre uno y otro Martini seco agitado. Hasta el punto de que el mismo eslogan sirve para anunciar su última película, Spectre: "Bond is great".
En el cartel aparece una bonita foto en tres cuartos del Aston Martin DB5 que llevara Sean Connery hace medio siglo, cuando por primera vez se llevaron a la pantalla las novelas de Ian Fleming.
Grandes pérdidas
Sin duda, el "Aston" es uno de los reclamos más inconfundibles de la serie, junto a la pistola Walther PPK o los ya mencionados cócteles de vodka y vino dulce italiano.
Pero la realidad financiera de la firma británica de automóviles dista mucho de tener la solidez del incombustible agente británico. Sus cifras de 2014 arrojan unas pérdidas de casi 100 millones de euros y los planes de la empresa contemplan reducir la plantilla en un 15 por ciento.
Durante el pasado ejercicio las pérdidas se han triplicado, lo que ha puesto a la compañía en una situación muy delicada. Aston Martin, dirigida actualmente por Ulrich Bez, pertenece desde 2012 en un 37,5% al fondo italiano Investindustrial, dirigido por Andrea Bonomi.
Un Bond más vintage
La falta de inversión para desarrollar nuevos motores y modelos se ha notado en su actual gama, que empieza a estar bastante desfasada frente a la competencia. Incluso, en el mes de junio, Red Bull se ofreció para administrar a la compañía y sacarla del atolladero financiero en el cual se encuentra en la actualidad.
No es de extrañar pues que, este año, el agente James Bond se pase a lo vintage y prefiera conducir un DB5 de 1963, cuando el prestigio de la marca estaba en lo más alto.