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Takata sabía desde 2005 que sus airbags eran defectuosos

    Honda, principal marca afectada por los airbags Takata | Archivo


    Tres fallecimientos probados y seis probables en accidentes causados por los airbags defectuosos de origen Takata, han llevado estos días a los responsables del grupo nipón a declarar ante el senado norteamericano.

    Durante la comparecencia, el vicepresidente de la compañía, Hiroshi Shimizu, reconoció que iniciaron ya en el año 2005 una investigación sobre los defectos de su sistema pirotécnico de seguridad.

    Recordemos que el problema detectado y que ya habría causado accidentes mortales registrados en los Estados Unidos, se debe a un defecto en la substancia detonante que infla la bolsa en el momento de una colisión. Este agente pirotécnico utilizado por Takata es nitrato de amonio que, expuesto a condiciones de humedad excesiva, se deteriora.

    Conscientes del problema, los responsables de la firma de componentes habrían informado a las marcas suministradas en 2007, empezando a llamar a revisión a sus clientes a partir de 2008, cuando ya circulaban 16 millones de vehículo dotados de su sistema de airbag. La compañía no habría sustituido este producto hasta el año 2010, cuando comenzó a realizar una serie de pruebas con su mejor cliente, Honda.

    Un problema global

    Pero además de Honda, Takata suministra este tipo de componente a otras marcas como BMW, Chrysler, Ford, General Motors, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru, Daihatsu y Toyota, lo cual habría complicado y agravado aún más el problema mecánico que ya amenaza con ser endémico en todo el mundo.

    El senado de los Estados Unidos ha hecho saber a los responsables que se iba a realizar una investigación interna independiente y que iban a proponer una sanción máxima a la compañía. Lo hacían después de escuchar el conmovedor testimonio de una mujer víctima de accidente en Florida provocado en 2013 por el airbag defectuoso.

    Desde el estallido de la crisis, la cotización en bolsa de Takata ha bajado un 50 por ciento mientras que el fantasma de la suspensión de pagos planea sobre el poderoso grupo japonés. Algo que tampoco agrada a los fabricantes clientes de Takata, pues les obligaría a recurrir a proveedores europeos más caros para equipar sus automóviles.




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