El FBI alerta sobre los coches autónomos: "Pueden ser usados como armas letales"
Los llamados coches autónomos, aquéllos que son capaces de circular sin la acción de un conductor, son vistos con gran expectación y optimismo en estos días por las muchas posibilidades que ofrece. Pero ¿y si los vehículos inteligentes supusieran también, al mismo tiempo, un problema para la personas?
Y no nos referimos a conflictos socio-económicos o morales, sino a un riesgo para la seguridad. Ésa es la preocupación que ha surgido en los últimos días a raíz de una observación hecha desde el FBI, que ha advertido del peligro que pueden representar estos coches sin conductor por cuanto pueden ser utilizados como "armas letales".
Según un informe elaborado por la agencia de seguridad estadounidense al que dice haber tenido acceso el diario The Guardian, los coches autónomos "tendrán un alto impacto en la transformación de lo que tanto las fuerzas del orden y sus adversarios pueden hacer operativamente con un automóvil".
Entre las posibles amenazas que señala el FBI en dicho texto se encuentra el temor a que agentes peligrosos puedan realizar otras tareas mientras van en coche al no precisar de las manos para conducir...
Disparos al volante, coches bomba...
véase, por ejemplo, el del sospechoso que es perseguido por la policía y puede aprovechar para disparar mientras circula a toda velocidad por la carretera, en el caso de que, si fuera posible, fueran reprogramados -pues en este punto cabría señalar que, a priori, estos coches respetarían las normas de circulación y al resto de usuarios-.
Esto refleja cierto temor por que los delincuentes puedan anular los dispositivos de seguridad e ignorar así las señales y normas de circulación, como semáforos y límites de velocidad, o incluso que algún terrorista pueda utilizar estos vehículos como coches bomba programados sin riesgos para el individuo en cuestión.
Este suspicaz mensaje del FBI contradice directamente el optimismo que muchos desarrolladores de vehículos de autoconducción tratan de comunicar día a día y que, en esencia, se resume en una movilidad más segura, capaz de alcanzar la tasa cero de siniestralidad, por cuanto estos automóviles no están expuestos a factores que condicionan a los humanos: el cansancio, los despistes...
De todos modos, el FBI también se ha puesto en el otro lado, con la posible disposición por parte de los agentes de seguridad de la misma tecnología entre su flota de coches. "La vigilancia se hará más eficaz y más fácil", pues "los algoritmos pueden controlar la distancia del coche patrulla con respecto al sospechoso o tener intencionalmente un coche patrulla en las intersecciones", para cumplir con mayores probabilidades de éxito el objetivo de la misión.
El FBI considera que estos coches autónomos podrían ser aprobado por el Congreso para su uso por el público estadounidense de cara a dentro de cinco a siete años, a pesar de que algunas empresas como Google o Nissan, a tenor del avanzado desarrollo de su tecnología, podrían adelantarse a ese plazo