La seducción del poder lleva a Cadillac a disputar a Audi el mercado premium chino
Ser el coche del presidente de Estados Unidos constituye un exclusivo aval de cara a la conquista de nuevos mercados. Al menos, de eso es de lo que parece haberse dado cuenta General Motors, que ha decidido que sea su filial de lujo Cadillac la que luche frente a frente con Audi en el disputado segmento premium en China.
No es un objetivo menor, ni mucho menos, el perseguido por Cadillac. Audi es, a día de hoy, líder indiscutible entre los fabricantes de lujo en el país asiático y, aunque GM se ha vuelto a alzar como el número 1 mundial en 2011, su posición en el mercado de alta gama chino es aún muy débil.
Pero el gigante de Detroit parece haber encontrado un peculiar reclamo para endurecer su competencia en este segmento: con Cadillac, el público se sentirá seducido por la siempre atractiva 'erótica' del poder. "Puede que a los chinos les guste o no EEUU, pero definitivamente les encanta el poder que está asociado a Norteamérica", explica Michael Dunne, analista de la industria automotriz en Indonesia. "Admiran, respetan el poder y EEUU es el líder en ese terreno. Tener un coche americano les ofrece la oportunidad de ser parte de eso".
Un poder que no es sólo simbólico
No es baladí, pues, que GM se haya fijado para su batalla particular contra Audi en Cadillac: si EEUU por sí mismo ya evoca el deseado poder, una marca como Cadillac, que puede presumir de haber lucido como coche oficial de presidentes como Ronald Reagan o el propio Obama, representa la máxima expresión de privilegio y autoridad a los mandos de un volante.
Tanto es así que, incluso, en muchos concesionarios de China, se muestran vídeos de los máximos mandatarios americanos a bordo de modelos como el 300C, con el objetivo de seducir a potenciales compradores.
Un poder que quienes hayan conducido sus coches sabrán que no será sólo simbólico, pues si algo caracteriza a la gama Cadillac es los estándares de firmeza, reciedumbre y poderío presentes en cada uno de sus vehículos. "Sabía que era una marca americana, la de más calidad de GM, pero fue su robusto exterior lo que me atrajo", declara Simon Gao, un joven consumidor de Shangái.
Cadillac, ¿en el buen camino?
Y, precisamente, ése es uno de los grandes objetivos que GM aspira a alcanzar gracias a Cadillac: la conquista de un corpus de compradores más jóvenes. Para ello, está equipando a sus modelos de elementos diferenciadores que buscan alejarse de la avanzada edad media de la que gozan sus clientes en EEUU (63 años). Y lo está consiguiendo: en China, sus compradores se mantienen en una edad media de sólo 35 años.
En 2011, Cadillac vendió en China 30.000 automóviles, justo las unidades de más que Audi entregó con respecto al año anterior. Pero la carrera por reducir esa diferencia es más significativa cuando se atiende a las cifras relativas: el fabricante estadounidense vio crecer sus ventas en nada menos que un 73% con respecto a 2010. Por ello, GM, consciente de que está en el buen camino, seguirá insistiendo en su lucha con Audi a través de su filial premium.
Sin embargo, Cadillac va a tener desde ya un importante hándicap con el que no contará la marca de los cuatro aros: China anunció hace algunos meses la decisión de su Ministerio de Comercio la imposición de tasas especiales a los coches con motor de alta cilindrada provenientes exclusivamente de EEUU, como medida para evitar la importación de premium norteamericanos. Ahora, si los consumidores chinos han de pagar casi un 10% más por un Cadillac, quizás se lo piensen dos veces y acaben decantándose por un modelo alemán.