Motor

¿Arrancamos el sector del automóvil en España?

  • La falta de estrategia también afecta a diferentes acciones de invesión
Foto: Archivo.

Enrique de Areba

El comienzo de esta década ha puesto encima de la mesa varios elementos estratégicos como nunca había ocurrido en el sector de la automoción.

Estos elementos no solo vienen de la mano del impulso del visionario Elon Musk, sino que las exigencias del acuerdo de París, unido a los objetivos de descarbonización de la economía para 2030, han obligado a este competitivo sector industrial a transformar radicalmente su estructura de negocio global para conseguir dichos objetivos.

Paralelamente, hemos visto cómo se ha realizado una concentración de marcas en grandes grupos industriales a la vez que han aparecido nuevos fabricantes motivados por la tecnología eléctrica. Nuestro país, a pesar de no poseer ninguna marca ni tener un centro de decisión en este importante sector industrial generador de empleos de calidad, cuenta con una gran capacidad de producción, de más de tres millones de unidades anuales, con eficiente gestión de las plantas y una calidad de ingeniería de primer nivel conseguida a lo largo de muchos años de desarrollo.

"Existen planes concretos para dotarse de una red de plantas de baterías en Europa ya de al menos 24 proveedores"

Pero la situación actual del mercado global, y principalmente del europeo, hace que por un momento tengamos que reflexionar sobre qué es lo que le ocurrirá al sector del automóvil nacional en esta década. ¿Cuál será la estrategia? Crecer o ajustar a la mitad la producción, como consecuencia del retraso en instalar plantas de baterías en nuestro país, y poder mantener los niveles de producción actuales.

Independientemente de los efectos corrosivos que la pandemia ha traído al mercado del automóvil en Europa, y muy especialmente en España, lo que sí sabemos es que en el año 2025 el conjunto de fabricantes europeos tendrá en sus planes de producción para las plantas europeas fabricar como mínimo un 35% de automóviles con propulsión eléctrica para poder alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por la Unión Europea en la movilidad con bajas emisiones.

Existen planes concretos para dotarse de una red de plantas de baterías en Europa ya de al menos 24 proveedores y con una capacidad estimada superior a los 600 gigawatios, que estarán ubicadas mayoritariamente en los países del norte y del centro de Europa. Sin embargo, resulta preocupante el no saber dónde estará España en este nuevo escenario.

"Los nuevos modelos y versiones que se fabricarán desde 2025 en adelante tendrán como mínimo un porcentaje de producción cercano al 50%"

¿Dónde está nuestra hoja de ruta? Esta falta de estrategia también está afectando a diferentes acciones de inversión, como por ejemplo las destinadas a incrementar el número de puntos de recarga en España y facilitar la decisión de compra de un vehículo de cero emisiones y el cumplimiento de los objetivos de descarbonización fijados en Bruselas.

La mayoría de los nuevos modelos y versiones que se fabricarán desde 2025 en adelante tendrán como mínimo un porcentaje de producción cercano al 50% con propulsión eléctrica, por lo que resulta de extremada importancia la puesta en marcha de medidas urgentes en el sector ya que las decisiones encaminadas a dónde se producirán estos nuevos modelos se tomarán en breve tiempo por los fabricantes y nuestro país no puede ni debe quedar atrás.

Pero si las casas matrices de cada fabricante no se fijan en nuestro país por la falta de apuesta de nuestro Gobierno por el sector y por las plantas españolas, nuestras factorías tendrán una importante reducción de negocio y de empleo por lo que traerá un incremento de la conflictividad laboral, independientemente de los acuerdos que se hayan firmado con los sindicatos, donde históricamente nuestro país siempre ha sido un ejemplo para otros y ha destacado por la gran flexibilidad de adaptar empleo a la demanda.

"Esta excepcional oportunidad abre la puerta a que finalmente nuestras factorías puedan disponer de baterías eléctricas producidas en casa"

Esta laxitud en la toma de decisiones afectará de forma importante a la distribución, donde las pymes, concretamente los concesionarios, serán las más perjudicadas. Parece ser que el escenario puede cambiar, en parte por la reciente noticia sobre la creación de un consorcio entre Seat, Iberdrola y el sector público para el desarrollo de la primera planta de baterías en España, enmarcándolo dentro de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), que tienen como objetivo avanzar en la transición hacia el vehículo eléctrico y conectado.

Con este anuncio de la ministra Reyes Maroto, y con los diferentes proyectos que ya se está canalizando para solicitar fondos de recuperación de Next Generation, esperamos que nuestro país salga del letargo al que ha estado sometido esta legislatura y que se ponga en marcha para adaptarnos rápidamente a las nuevas exigencias en fabricación. Este proyecto, que ya ha comenzado a generar polémica entre algunas comunidades por su posible ubicación, es esencial que se decida urgentemente para unirse al cambio de paradigma.

Esta excepcional oportunidad, unida a otras propuestas industriales, abre la puerta a que finalmente nuestras factorías puedan disponer de baterías eléctricas producidas en casa y así acelerar la transición de los propulsores de combustión interna a los futuros motores eléctricos, pudiendo así retener en España una producción mínima prevista de 750.000 vehículos eléctricos puros en 2025.

Este escenario patrio necesita de acuerdos de colaboración entre el Gobierno, las comunidades autónomas y los diferentes proyectos para conseguir el objetivo de tener plantas de producción de baterías en España. No tendremos otra oportunidad como esta.





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