BMW M3: tres décadas de emoción sin límites
Jorge Arenas
El BMW M3 es ya todo un treintañero. Esta edad, que en cualquier persona es sinónimo de juventud, en un coche viene acompañada de la etiqueta de clásico. Sí, el mítico deportivo alemán se ha hecho mayor, pero puede presumir orgulloso de una historia fructífera y llena de éxitos. BMW M3 E30: el origen de una saga.
Corría el año 1985 cuando en BMW decidieron participar en el mundo de la competición con un nuevo modelo que habría de ser inscrito en la categoría A de la FIA. Como exigía el reglamento, ese coche debería contar con al menos 5.000 unidades destinadas a la calle, así que los ingenieros se enfundaron el mono y los guantes, y comenzaron a trabajar en el primer M3, con código interno E30.
Este modelo era muy especial y lo definían una serie de elementos como su motor 2.3 de cuatro cilindros y 200 CV, su cambio manual con la primera marcha hacia atrás, su autoblolcante, su exquisita dirección, su ligereza y, en definitiva, su capacidad para conectar con la mente del conductor. Un tracción trasera sin muchos artificios, capaz de emocionar a todo aquel que se pusiera a los mandos. Este M3 original se mantuvo en el mercado hasta el año 1992, cuando ya se habían lanzado varias ediciones especiales supervitaminadas (Evolution I y II, Cecotto, Sport Evolution) y alguna variante de carrocería como la descapotable del M3 Cabrio, de la que apenas se fabricaron 786 unidades en total.
Volviendo a la saga, los años 90 impusieron el relevo con la llegada del M3 E36 y su motor 3.2 de seis cilindros y 286 CV, que más adelante pasaron a ser 321 CV. A esta generación le debemos, por ejemplo, la llegada del cambio automático con modo de uso secuencial; con el cambio de siglo y milenio dimos la bienvenida, en pleno año 2000, al M3 E46. Seguramente sea uno de los más queridos por los aficionados. Su estética musculosa pero elegante y su potente motor de seis cilindros en linea, de igual cubicaje que el anterior aunque de nuevo desarrollo, alcanzaba los 343 CV y emitía un sonido glorioso cuando rozaba las 8.000 rpm de régimen máximo; más tarde, en 2007, llegó el V8 de 420 CV y la perfeccción en las maneras.
Esta generación no fue entendida por todos, pero probablemente sea una de las más apasionantes; y así hasta hoy, momento en el que disfrutamos de nuevo de los seis cilindros -esta vez con sobrealimentación- y de un nivel tecnológico desconocido hasta la fecha. ¡Felicidades, M3! A por otros 30 años más.