Motor clásico

Ferrari 250 GTO, el Cavallino más deseado

    Ferrari 250 GTO


    Sólo 39... Algunos lo consideran el Ferrari más bello, otros piensan que es una de las máquinas más apasionantes capaces de surcar el asfalto de un circuito y hay quienes piensan, sencillamente, que es el mejor automóvil de todos los tiempos. Desde luego, es difícil no rendirse a los encantos del Ferrari 250 GTO. Récord de coche más caro de la historia: un Ferrari 250 GTO... ¡por 38 millones!

    Fabricado entre 1962 y 1964, este reputado clásico nació con la mirada puesta en los circuitos. La firma italiana debía hacer 100 unidades para su homologación en la categoría GT. Sin embargo, solo 39 vieron la luz. Curiosamente, esto no fue problema para que al final debutase -con gran éxito- en las carreras.

    El Ferrari protagonista de esta página debe su nombre al volumen de cada uno de sus cilindros (250) y a su condición de Gran Turismo homologado para circular en la calle (Gran Turismo Omologata). En el interior de su chasis tubular soldado a mano se esconde un motor V12 de 3,0 litros, heredado de su hermano el Ferrari 250 Testarossa.

    El coche más valioso del mundo

    También el resto del coche es conocido, pues se trata de una evolución del Ferrari 250 GT de batalla corta. Pero ni siquiera el hecho de estar construido a base de retales ha impedido que, en la actualidad, se haya convertido en el coche más valioso del mundo. Y esto no es un dato subjetivo, lo dicen las cifras: hace apenas tres meses se vendió una unidad del Ferrari 250 GTO por 52 millones de dólares, la cifra más elevada jamás pagada por un vehículo hasta el momento.

    Cualquier amante del motor estaría encantado de ponerse a los mandos de este modelo tan pasional. Su mecánica de 12 cilindros en V rinde 302 CV, que se transmiten al asfalto gracias a una caja de cambios manual de cinco velocidades -todo un adelanto para la época-. Con un peso de apenas 1.050 kilos y una distancia entre ejes de 2,4 metros, el GTO se movía en los circuitos de los sesenta con una agilidad y una velocidad inusitadas para la época. No en vano, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 280 km/h.

    Quizá por ello el músico Nick Mason (en la foto), de la mítica Pink Floyd y amante confeso del mundo del motor, decidió hacerse con una unidad allá por el año 1977, que aún hoy conserva en su garaje. Varias ofertas millonarias han intentado arrebatarle su Ferrari , pero Nick sabe que posee una joya de valor incalculable -también sentimental- y se resiste a aceptarlas.




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