Coches
Salón del automóvil de Barcelona: una ventana a los coches de nuestros abuelos
Juan Ferrari
La I Exposición Internacional de Automóviles tuvo lugar en septiembre de 1919, en el Palacio de Bellas Artes. Concurrieron un total de 58 expositores, destacando las marcas españolas Hispano-Suiza, Elizalde, España… Varios medios periodísticos de la época se hicieron eco del evento, pero a pesar del deseo de sus organizadores no se pudo llevar a cabo anualmente. Arrancaba así la historia del salón de Barcelona y del automóvil en España.
La segunda Exposición se celebró entre mayo y junio de 1922, en el Palacio de Arte Moderno. Entre sus 33.410 visitantes destacó la figura del rey Alfonso XIII, entusiasta del mundo del motor.
Un año después, el certamen, que había sido declarado "Oficial" por el gobierno de S.M. el Rey, contó con la presencia de 413 expositores y la cifra de público asistente superó el número de 50.000. La industria auxiliar comenzó a formar parte del evento dos ediciones más tarde, en 1925.
La V Exposición fue inaugurada por Alfonso XIII en abril de 1927. Las marcas representadas fueron 55. Entre las novedades se citaban el Studebaker y el Whippet, automóviles que por sus características (lujoso el primero y sencillo el segundo) dejaban ver que en el Salón confluían vehículos para todos los públicos.
Transcurrieron seis años hasta la VI Exposición (1933) que, como las anteriores, estaba organizada por las Cámaras Sindicales del Automóvil. ¿Por qué este salto de 1927 a 1933? Las razones son varias: en 1929 se celebró la Exposición Universal, por lo que no procedía celebrar un Salón, y dos años después se proclamó la II República. Acontecimientos que influyeron en este largo paréntesis.
Ya en la edición de 1933, en Barcelona había un vehículo por cada 40 habitantes, y la Exposición suponía un marco idóneo para llevar a cabo importantes negocios. Por vez primera estuvieron presentes en el evento las marcas alemanas: Opel y DKW.
Un paréntesis de 30 años
Y es que la contienda española, la Segunda Guerra Mundial y las postguerras inmovilizaron al país y se cerraron las puertas del Salón Internacional de Barcelona hasta 1966. Este año, cuando España mantenía todavía sus puertas cerradas a la entrada de automóviles de procedencia extranjera, la capital catalana volvió a erigirse como epicentro del motor. No fue un salón internacional, sino, como así lo bautizaron, el I Sector del Automóvil de la Feria de Muestras, prólogo del actual Salón. El certamen acoge a una industria española modernizada con la instauración unos años antes, en 1953, de la primera fábrica de automóviles en cadena, en España –Seat en Zona Franca para realizar el 1400-.
Fue en esta edición de 1966 la que dio el pistoletazo de salida a los "Symposium", uno de los grandes aciertos de los responsables del Salón, donde se ponen sobre la mesa y se debaten muchas de las preocupaciones y de los temas de actualidad del sector.
En 1967 continuó como Feria de Muestras, hasta el Salón de 1968, una edición que marcó un antes y un después porque fue reconocido internacionalmente por parte de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA).