Y ahora… Montoro

Parece increíble que el ministro que más ha hablado de corrupción y más la ha perseguido, junto con su predecesor Josep Borrell, ahora pueda estar implicado en algo que, en el mejor de los casos, parece turbio y que es la concesión de dos millones de euros por unos contratos con la administración a un despacho que él mismo fundó. De momento tendrá que dar una explicación, pero más le vale que sea convincente, aunque hasta ese momento vamos a suspender el juicio. Ciertamente ya tenía que haber salido a la palestra a explicarlo, pero es verdad que necesitará documentarse sobre lo ocurrido. Sea como fuere la mujer del César tiene que ser honrada y parecerlo. Sobre todo un cargo público que persigue hasta las últimas migajas y que se pone en duda si utiliza la misma vara de medir para todos los casos de corrupción.

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