El AVE tiene que bajar precios
Esta semana que termina se ha puesto de moda debatir sobre la alta velocidad en nuestro país. Por un lado, Fedea presentaba un informe sobre la baja rentabilidad económica del AVE en España; al mismo tiempo, el Gobierno en su reunión del viernes aprobaba el anteproyecto de ley ferroviaria, que entre otras cosas flexibiliza el canon ferroviario y que por resumir intenta que con una mayor competencia de las empresas se puedan reducir costes y que le lleguen al consumidor. Las críticas de los autores del informe de Fedea sobre el AVE parecen desconocer que todo lo que sea crear infraestructuras es sinónimo de crear riqueza y nunca se puede dar por mal gastado el dinero que se utiliza para tal fin. Las medidas del Gobierno tampoco parece que vayan a tener un efecto inmediato sobre los precios de la alta velocidad. Pero lo que sí es claro es que si la alta velocidad no es rentable es porque no están ajustados oferta y demanda con los precios. Nadie pide que se obtenga un retorno por la construcción de las infraestructuras porque para eso está el Estado y para eso está la deuda pública. Los déficits del Estado tienen sentido en esta línea, no en los gastos caprichosos y electoralistas. Pero al Gobierno ahora le correspondería bajar precios en el AVE y rentabilizar las líneas y se puede.