Los once 'motivos personales' de Zinedine Zidane para dejar al Real Madrid
Chusa Montalbán
El francés de ascendencia argelina está considerado uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo y también uno de los más prometedores entrenadores (a sus 47 años ya ha hecho historia y lo que le queda), pero hay algo más importante en la vida de Zinedine Zidane que el deporte rey y él lo ha dejado claro en varias ocasiones: "La familia es lo primero".
El entrenador del Real Madrid se ha visto obligado a abandonar la pretemporada en el Canadá "por motivos personales" y esos motivos son once, empezando por Veronique, su mujer, y sus cuatro hijos. Zidane y su esposa están a punto de celebrar sus bodas de plata (lo harán el año que viene) y siguen tan unidos como el primer día. Son padres de cuatro hijos, Enzo (23), Luca (20), Theo (16) y Elyaz (13), y todos juegan en las categorías inferiores del Real Madrid. El mayor, portero, acaba de fichar por el Racing de Santander en calidad de cedido.
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La familia es una piña y es habitual verlos juntos en su tiempo libre, especialmente en las vacaciones de verano, cuando disfrutan del mar y el sol en Ibiza. De hecho, hace sólo cinco días que Zidane presumió de todos ellos a bordo de un yate.
Pero Zidane no sólo está entregado a la familia que ha formado junto Veronique (almeriense que emigró con sus padres a Francia), sino también a la de 'cuna'. Sus padres, Smaïl y Malika, emigraron a París desde Aguemoune, en la región de Kabylia, antes del comienzo de la guerra argelina, y lo hicieron con sus cinco hijos, tres varones y una mujer (Djamel, Farid, Nourredine y Lila). Zidane es el pequeño y mantiene una excelente relación con todos ellos, tan discretos o más que el famoso futbolista. Para sorpresa de todos, el patriarca, de 84 años, lanzó un libro en abril de 2017, Mi hijo Yazid Zidane: "Yazid reúne todos los valores de la familia, reservado, sensato, valiente y humilde".
Smaïl contó la historia de su vida: "No tuve la suerte de ir al cole, apenas un año, a la edad de siete años. Sólo aprendí el alfabeto". Fue pastor, albañil y hasta peluquero, una verdadera inspiración para sus hijos, a los que trató de aficionar al deporte para alejarlos de la delincuencia del barrio en el que vivían: "A Yazid lo inscribí en judo. Llegó a ser cinturón verde y le ayudó en el fútbol. Ni la volea legendaria existiría sin la plasticidad que le diera este arte marcial", escribió.
También desveló que compró su primer coche porque se lo pidió Zidane, que lo último que le dijo antes de dejarlo marchar de casa a los 14 años fue "Si eres capaz de respetar a todas las personas, todas te respetarán a ti" y que debió de ser la única persona en toda Francia que no vio la final del Mundial de 1998, en la que su hijo marcó dos de los tres goles que les dieron la victoria: "No quise ir al estadio, preferí quedarme a cuidar a mi nieto, de apenas dos meses. Salí al jardín con Luca en brazos. Hacía buen tiempo y me senté en una silla para arrullar a mi nieto, quien dormía cual ángel. Le susurraba al bebé: "Ah, tu padre, tu padre...". Me sentía tan lleno de gratitud por la felicidad que Dios nos daba, que le di las gracias. Se las doy cada día".