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El día que Pipi Estrada confundió a Leticia Sabater con Letizia Ortiz


    Sara Olivo

    El ex de Terelu Campos es incansable: una faja sadomaso, Alessandro Lequio y los conejos, sus coqueteos con las enfermeras... Ni siquiera con una anestesia de caballo Pipi Estrada pierde su energía y locuacidad. Pero es humano y estaba algo grogui: confundió a Letizia Ortiz con Leticia Sabater cuando le preguntamos por el aspecto de la Reina. Él, que es monárquico convencido y a carta cabal, llegó a decirnos que había hablado con ella por teléfono para pedirle consejo y que le recomendó a su médico, pero no le gustaban los resultados porque estaba muy musculada. Se refería a la presentadora televisiva, a quien conoce desde los tiempos en los que era azafata de la Vuelta Ciclista, y no a la mujer de Felipe VI, a quien admira tanto como al Rey.

    La operación de pechos de Pipi Estrada ha sido uno de los acontecimientos médicos más comentados en las redes. La foto que el comentarista deportivo ha colgado en Instagram donde muestra un torso de la talla del David de Miguel Ángel tiene miles de comentarios y likes. Los hay para todo los gustos, pero la mayoría expresan su aprobación e incluso le piden el teléfono y la dirección del médico que le ha operado: el doctor Colombo, de la Clínica Ceme.

    La imagen impacta, Pipi solo tiene su cuerpo cubierto con una sabanita que cubre el "Pipón" casi al límite como uno de los lienzos con los que censuró Danielle de la Volterra, Il Braguetone, la Capilla Sixtina. La noticia, ofrecida en primicia exclusiva por Informalia, ha tenido amplia repercusión en la prensa deportiva y hasta en programas y revistas del corazón. Lo que le faltaba a Pipi... Quien esto suscribe puede dar fe de que el ex de Terelu tiene la moral muy alta: es capaz de intentar ligar incluso tras el postoperatorio. La transformación, como se puede juzgar en la imagen inferior, ha sido sorprendente.

    Los ciento veinte centímetros... 

    Pipi llegó a las siete de la mañana con algo de miedo en el cuerpo. Mimoso y miedoso. Cuando le preguntamos si su hija, fruto de su relación con Miriam Sánchez, iba a cuidarlo en casa, contestó: "Mi niña solo tiene doce años". Estaba solito ante el peligro y disimuló sus miedos  gastando todo tipo de bromas antes de entrar en el quirófano. He aquí la más gloriosa de todas ellas. No es un chiste. La conversación es real. Y son testigos los que estuvieron en el quirófano con él:

    Doctor Colombo: ¿Estás Listo?

    Pipi Estrada: Un momento, doctor, tengo una duda...

    Doctor Colombo: ¡No fastidies! ¿Qué duda tienes ahora?

    Pipi Estrada: Pues que ahora que hemos llegado a la conclusión de que me quiero quitar las tetas tengo dudas.

    Doctor Colombo: ¿Pero qué duda tienes a estas alturas?

    Pipi: Pues que ahora que me he decidido a quitarme las tetas no sé si quiero que me las quites o me pongas una 120 para no salir de casa.

    Doctor Colombo: Risas...

    Pipi Estrada: O si no, otros dos pechos de 120 cada uno, para estar todo el día en mi casa tocándome sin molestar a nadie. 

     

    Bromista y cabroncete...

    Como estaba solo, el fotógrafo y la que esto suscribe estuvimos con él casi hasta que abandonó la clínica. Un amigo suyo, íntimo también de Joaquín Cortés, le estaba esperando fuera para lo que fuera menester, pero no lo sabíamos. O tal vez Pipi no nos lo quiso decir. Le gusta la gente, estar acompañado. La esencia de Pipi es dar espectáculo, reírse de sí mismo y hacer pasar un buen rato a los que están con él. Sean periodistas, médicos, enfermeras o fotógrafos. Incluso con una anestesia que habría mantenido atontado durante una hora a un luchador de sumo de 200 kilos. Él es así.

    Cuando comenzaron a darle las instrucciones de lo que tenía que hacer le grabé todos los mensajes en el móvil para mandárselos después, pensando que estaba grogui y no se iba a enterar. Él se dejó ayudar. Una de las preguntas que le hice al doctor Colombo fue: ¿cuándo va a poder José Manuel hacer vida normal? Pipi, de repente, sale de su letargo y suelta: "Doctor, doctor, lo que quiere saber ella es cuándo voy a poder hacer el amor". Como una ya es mayor no me puse colorada, pero pensé: "Te va a abrochar la bata quien yo te diga".

    Al final se la abroché, malamente, y le hice dos lacitos  intentando no mirarle el culito, no fuera a creerse que me había quedado allí por motivos ajenos a ejercer de buena samaritana. 

    La faja sadomaso

    Los resultados de la operación han sido excelentes. Hasta los expertos en body-building a los que he consultado y mostrado la foto afirman que conseguir una definición muscular así es muy difícil y requiere mucho tiempo de gimnasio. Conseguir a los 62 años mediante planchitas y abdominales un torso como el que se le ha quedado a Pipi, no es sencillo. Con el sistema de Lipo Vaser la piel se adhiere al músculo un 30%, el 70% restante se consigue con una faja a lo señorita Escarlata, que llega hasta el muslo, atada con corchetes al pecho y deja al descubierto genitales y culete, para que el intervenido pueda hacer sus necesidades. Durante un mes tiene que llevarla las 24 horas del día, sólo puede quitársela para lavarla o cambiarla por otra que le sugirieron comprar, amén de unas medias ortopédicas, para evitar problemas circulatorios al principio. Pipi, que es muy apañado, la lava a mano con jabón en el lavabo, "la tiendo en la terraza y en cinco minutos está seca y limpísima". No ha sido tacañería, que Pipi es de los que pagan el café a los periodistas, al contrario de un ex futbolista bastante adinerado, capaz de hacerte pagar las patatas fritas, el Martini y las aceitunas suyas y de dos acompañantes en el Gran Hotel de Cannes, y esto lo vivió quien firma estas líneas. La clavada aún duele. 

    La faja, color carne, es horrorosa, la fantasía de una dominatrix para sus clientes. Tremenda. Aunque las que comercializan las Kardashian son más feas todavía.

    Lequio y los conejos

    Una es experta en meter la pata y mencionar temas conflictivos en el momento menos adecuado, y no sé a cuento de qué, hablando de físicos, it boys, it man o it maduritos, mencioné a Alessandro Lequio. Pipi, en observación tras la operación para comprobar cómo se recuperaba de la anestesia, me contó que le han dicho que el ex de Ana Obregón es como los conejos: que aguanta más bien poco. No sabemos si comiendo zanahorias, con el pinganillo en la oreja o a qué se refería exactamente, pero aquí queda el testimonio del postoperado. Y si María Palacios quiere decir algo al respecto, que se manifieste o calle para siempre. 

    La enfermera cariñosa

    La verdad es que tiene éxito con las mujeres. Una enfermera se soltó la melena en la sala de despertar en el sentido literal del término. Así lo vimos y así lo recuerda Pipi con su sentido del humor habitual: "Estuvo muy cariñosa conmigo, y yo le dije: 'No sabes lo que tú ganas con el pelo suelto', y se reía... Había un juego de palabras con cierto tono picante. Estaba muy cercana, cálida, receptiva, y yo también estaba cálido, receptivo, contento de haberme despertado, porque yo pensaba que no me iba a despertar". La enfermera se soltó el pelo, efectivamente, y le dijo bromeando: "Lo que necesitas es una mujer como yo". Y eso que pensaba que entre Pipi y la que escribe estas líneas existía un trato muy cercano.

    De hecho me dijo que le buscara la ropa y que le ayudara a vestirlo. Mi entrega periodística no llega hasta ese grado. Allí que la dejé con él y le dije: "Vístalo usted que a mí no me toca nada y puede ser interesante si no conoce la famosa portada del pipón".

    Pipi, un voyeur frustrado en la sala del despertar

    No habían pasado diez minutos desde que a Pipi le había dejado de hacer efecto la anestesia, en la sala del despertar, cuando tuvo noticia por parte de servidora de que en la habitación contigua había dos mujeres que se habían sometido a un aumento de mamas, al contrario que él. "¿Se puede mirar?", preguntó con cara pícara... Aún lo recuerda: "Es que si se habían puesto pechos yo quería saber cómo habían quedado. Y eran muy guapas las chavalas, especialmente una. Cuando me sacaron de allí las vi, pero tenían la sábana tapadita hasta la barbilla. Y yo diciendo: '¿Se puede ver?'. Yo estaba loco por ver pechos nuevos". 

    Dinio el formal... y la geopolítica 

    El médico anestesista, un hombre que podría haber dormido a muchos famosos pero que guarda silencio sobre todos ellos, estuvo hablando con Pipi sobre uno de sus mejores amigos, Dinio, y sobre geopolítica e historia. Como él, el doctor es cubano. Y allí estaban los dos, debatiendo: "Dinio me ha invitado a Cuba y quiero ir antes de que cambie la situación. Ya no será nunca igual. Es importante para vivir un momento que no volverá a repetirse, en cuanto desaparezca del poder el último de los hermanos Castro. ¿Si voy a hacer el golfo allí? Ni mucho menos. Dinio se ha convertido en un hombre de lo más formal desde que ha sido padre. Un hombre serio y virtuoso".

    Ver también: Pipi Estrada se opera los pechos: "se me han caído y no me gusta"

    El negro del whatsapp

    Quedaba por saber si hizo o no vida normal de inmediato, y esto es lo que nos ha contado a posteriori. "A los tres días de la operación, la sangre drena, y claro el pene se puso todo morado e inflamado. Parecía el negro del Whatsapp. Y me hice una foto y llamé inmediatamente al médico y me dijo que era normal. Y llamé a un amigo y le dije: "¿Tú quieres ser el negro del whatsapp por una vez en tu vida? Vete a ver al doctor Colombo".

    Las recomendaciones de Pipi

    Se sabe con buena percha, "con un trajecito que me ponga estoy curioso" y reconoce que le han dicho los médicos que "tengo buena materia prima. Tenía buenos abdominales pero estaban escondidos por la grasa. Una buena genética ayuda. Yo le recomendaría a los que quieran hacerse lo que yo que bajen por lo menos tres o cuatro kilos y hagan un poquito de ejercicio, sin pasarse". 

    Una uña negra por culpa de Emilio Butragueño

    Emilio Butragueño, ese hombre que parece no haber roto un plato en su vida, ha ocasionado un mal en la anatomía de Pipi de difícil remedio y tal vez él no lo sepa. Dejará vestigios indelebles en la anatomía de platino del comentarista. Informalia ha sido testigo de que tiene la uña del pie derecho más negra que el futuro de Mónica Hoyos en Supervivientes. En un partido en Valdebebas de veteranos le hizo una entrada y le pisó "sin querer. No tiene importancia. Estoy convencido de que cuando se caiga saldrá otra nuevecita", dice.

    Leticia Sabater, una amistad de hace muchos años

    Leticia Sabater salió también en la conversación post anestesia, como ya hemos dicho, aunque por quien le preguntamos fue por la reina Letizia. Los resultados de la operación de vientre de la que fuera presentadora infantil no le convencen. En opinión de Pipi está demasiado musculada y definida. La conoce casi desde que era una niña, "cuando era azafata en la Vuelta Ciclista a España y tenía ella unos 20 años". También nos contó que la llamó por teléfono antes de operarse: "Le pregunté por su médico y ella me lo recomendó, Jordi Mir, de la Clínica Dorsia, pero yo no quería esos abdominales transversales tan fuertes, sino una cosa algo más estilizada. Yo creo que está bien, pero decidí no ir al médico que ella me recomendó. Para mí el doctor Colombo es el Messi de las operaciones de cirugía estética".