Letizia, Felipe VI y la bronca con su padre al descubierto: "Esto no se puede tolerar"
Informalia
Un año ha pasado desde el escándalo público que la Familia Real protagonizó en la catedral de Palma. Ahora se conoce la verdad de la bronca, pero no la de las reinas, sino la que hubo entre don Felipe y don Juan Carlos.
De los casi 87 años que tiene Jaime Peñafiel, casi 65 los ha dedicado a informar de casas reales y de cuestiones de crónica social. Desde que Letizia Ortiz Rocasolano irrumpió en nuestras vidas después de que Felipe de Borbón se enamorara de la presentadora, el periodista granadino ha atizado a la "plebeya", como suele llamarla a veces en innumerables ocasiones, a menudo aportando argumentos de peso, opiniones o aspectos interesantes a su versión. Pero tampoco los suegros de doña Letizia se libran de la ira del andaluz.
Jaime Peñafiel arremete ahora contra los eméritos y afirma sin tapujos que él no se traga del todo la nueva versión de de don Juan Carlos y doña Sofía: las estampas que les retratan felices en el tenis, o en el funeral de Rubalcaba o el del Gran Duque de Luxemburgo. Dice que celebrar 57 años de casados no implica que los padres del actual jefe del Estado estén viviendo una segunda luna de miel.
La reina Sofía ha vuelto a viajar sola a Suecia a un congreso sobre demencia en Estocolmo, donde vemos que su cara es el doble que la de sus compañeras. En la columna de Peñafiel del digital republica.com, titulada ¿Se están reconciliando Juan Carlos y Sofía? escribe que los eméritos se llevan mejor, pero explica por qué: "Están unidos por el odio a Letizia.
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Desde la guerra de reinas de Palma la Pascua de 2018, la humillación pública de Letizia a Sofía ha obrado el milagro. Y Peñafiel pone voz a aquel ignominioso incidente y las conversaciones entre los reyes aquel domingo de Resurrección", dice el especialista real.
Según escribe Peñafiel, en Palma hace poco más de un año "hubo actitud violenta, de público desprecio a su suegra. Primero empezó a la entrada de la catedral cuando desoyó los ruegos de Felipe pidiéndole que esperara a sus padres, que la seguían con pasos mas lentos, dadas las dificultades del Rey para andar."¡Letizia, por favor!", se le oyó suplicar. Pero no cambió de actitud y pasó de largo. Juan Carlos, al ver cómo su hijo Felipe, acobardado por la violencia de Letizia a las puertas de la catedral, no hacia nada, le gritó: "¡Esto no se puede tolerar!¡ Hay que hablar!". Peñafiel dice que "el pobre solo se atrevió a decirle a su padre: "¡No es el momento!".
Peñafiel trata a Letizia de "loca", a Felipe de "calzonazos", a doña Sofía de "víctima", y afirma que don Juan Carlos está "enfadado" y las niñas pensando "¡qué martirio!". La conversación indignada del padre viendo el papelón del hijo explicaría por qué este año el rey Juan Carlos ha dicho ya me habéis visto suficiente en Palma. En la relación entre Felipe VI y su padre, probablemente no ayuden los escándalos que en los últimos tiempos se han hecho públicos y que dejan a la madre del jefe del Estado como la gran víctima de las aventuras amorosas perpetradas por el emérito.