Emilia Clarke da un 'vaso' adelante y confiesa su pecado: fue ella la culpable de la pifia de Juego de tronos con Starbucks
Sara Olivo
Ha sido un escándalo mundial. Alguien se dejó olvidado un vaso de Starbucks en una de las escenas de Juego de tronos y la red ya pedía la cabeza del culpable. Desde que en la serie de Piratas de Telecinco, protagonizada por Pilar Rubio un corsario sirviera la sopa con un cucharón de Magefesa, no se había visto un fallo tan garrafal en una serie. Eso sí, publicaciones especializadas como Ecoteuve hablan de que el error podría suponer el equivalente a 2.300 millones de euros en publicidad para la cadena de cafeterías gracias a este product placement involuntario.
Tampoco hay que olvidar los relojes de pulsera que lucían algunos romanos en Ben Hur, o la cremallera que lucía en el vestido una de las hebreas que salían en Los 10 Mandamientos.
Lo malo es que el vaso de Starbuck resultaba absolutamente cantoso, mucho más que las pérgolas donde tomaban el aperitivo en extrañas copas la reina Margaery Tyrell y su abuela en la tercera y cuarta temporada.
Los millones de espectadores que tiene Juego de Tronos en todo el mundo han comenzado a especular sobre el misterioso vaso de papel, hasta el punto de que se llegó a pensar de que la pifia había sido subvencionada por Starbucks. Nada más lejos de la realidad. Emily Clarke, la madre de dragones ha confesado que fue ella la culpable, ha dado un "vaso" al frente para declarar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
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Y es que, de no haber sido una estrella como ella, el técnico metepatas o el extra de tres al cuarto habría pagado muy caro su error. Lo podrian haber arrojado por la Puerta de la Luna del extraño reino de Lady Lisa Tully, o mucho peor, no habría vuelto a trabajar nunca más en ninguna producción. Aquí tenemos la confesión, la prueba gráfica que señala a la culpable de la fechoría. Esperemos que no sea decapitada...