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Hablan los empleados 'sin papeles' de Trump: "No quiere ver negros, latinos ni feos"


    Informalia

    Decenas de inmigrantes sin papeles ocupan estos días los medios americanos relatando cómo el presidente de su nación, Donald Trump, les empleó de manera ilegal antes de llegar a la Casa Blanca. La última en contar su historia ha sido la costarricense Sandra Díaz Hidalgo: "A Trump no le gusta la gente negra, ni gorda, ni fea", ha dicho.

    Díaz, que trabajó en el Club Trump de Bedminster, New Jersey, ha asegurado que una de las primeras indicaciones que recibió fue 'esconderse' de su jefe: "Me dijeron que no le gusta ver latinos", ha dicho en Univisión, donde se ha mostrado indignada por las declaraciones de Trump sobre los inmigrantes: "Cómo que somos criminales si entramos a su casa. Cómo que ladrones, violadores, si hemos estado con su esposa, con sus hijos, con sus nietos… ¿Cómo es posible que alguien que nos ha visto durante años y años pueda hablar de esa manera?", ha dicho.

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    La empleada, una de las 38 del matrimonio Trump, ha desvelado algunos secretos de Donald y Melania: "Al señor Trump le gusta usar mucho maquillaje. En los cuellos de las camisas siempre quedaba el maquillaje, yo las lavaba, una vez, les ponía un líquido, les ponía de todo ahí… En muchas ocasiones Melania nos enviaba de Nueva York líquidos especiales para ver si podíamos quitarle el maquillaje de los cuellos, pero nada. Él se molestaba mucho si no quedaban bien. Me decía que no era capaz de lavarlas bien, pero es que no era una cuestión de lavar", ha relatado. "En su baño siempre tenía que haber, como mínimo, dos maquillajes nuevos". Y hay más: "Ninguna prenda podía ir a la basura sin su supervisión, ni tampoco ningún jabón. En su mesita de noche debía haber siempre tres cajas de pastillas de menta Tic Tac y los fajos de billetes para las propinas de 20, 50 y 100 dólares".

    Pero las rarezas de Donald Trump no eran las únicas en la casa. "El personal de limpieza no podía utilizar maquillaje ni perfumes porque a Melania no le gustaba que nada oliera distinto a sus productos". Además, afirma que la ex modelo eslovena obligaba a las trabajadoras a emplear protectores desechables para los pies: "Es muy delicada con todo lo que son bacterias. Su ropa se lavaba con un detergente especial, diferente al del resto de la casa".

    Díaz no es la única que ha contado las intimidades de los Trump. El cocinero del matrimonio, el mexicano Donaciano Sedano, afirmó que "el presidente comía hamburguesas casi carbonizadas y cantidades ingentes de perritos calientes". Además, "en la nevera siempre debía haber helados de fresa y vainilla". Melania le daba menos trabajo: "Su comida la preparaba su madre, Amalija Knavs, que pesaba cada uno de los productos".