Belleza

Tamara Falcó desvela todos sus secretos de belleza


    Informalia

    A sus 37 años, Tamara Falcó es una de las solteras de oro de la jet-set española y también una de las que mejor se conservan. Su madre, Isabel Preyler, es su maestra y eso le da cierta ventaja: "Es mi icono de belleza. Ella le da muchísima importancia a la limpieza facial. Da igual que vuelva a las 2 de la mañana agotada, se desmaquilla siempre, y empieza desde el escote. Es algo que solemos olvidar, toda la parte del cuello. Es una disciplina que mantiene de toda la vida".

    Tanto ella como su hermana, Ana Boyer, han heredado esta sana costumbre de su madre, aunque Tamara, que es la nueva embajadora de Sisley, tiene sus propios trucos para cuidarse y estar siempre perfecta: "Me gusta el maquillaje natural, el que veo cada vez que viajo a Londres o París en todas las chicas, y que consiste básicamente en llevar la tez perfecta", ha dicho en Vanity Fair. "Me aplico un poco de corrector, un toque de colorete y un poco de brillo de labios". Eso sí, las pestañas reciben unos cuidados especiales: "Me rizo las pestañas y me las tiño cada tres meses. La máscara, por hipoalergénica que sea, me irrita. Al final del día me pesan los ojos", ha dicho.

    Si la cita es nocturna, la hija del marqués de Griñón se acicala un poco más: "Me pinto un poquito la raya del ojo, la difumino con un pincel y añado una sombra en un tono morado grisáceo, que marca ligeramente la mirada, y le va bien a todo el mundo. Un golpe de polvos bronceadores, otro de labial rosita y lista".

    Y es que no hay nada mejor como los tonos empolvados para conseguir ese look romántico y dulce del que ella presume, aunque también hay momentos en los que tira de colores más cañeros: "A mi madre le horroriza el labial rojo, pero a mí me divierte. Cuando te pintas los labios de rojo no necesitas más, pero hay que tener cuidado: si el tono es muy oscuro te ves demasiado pálida y pareces una vampiresa".

    El último toque de Tamara antes de salir de casa es su aroma: "Me gustan los aromas frescos, porque me mareo con muchísima facilidad, sobre todo si me perfumo y entro en el coche. Me inclino hacia las fragancias ligeras y florales, en especial las de rosas. Siempre digo que si encuentras la que te va bien, no la abandones".