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Astrid Gil Casares logra 12 millones tras el divorcio de Rafael del Pino, que recurrirá
Martín Alegre
Esta semana, en el estreno de la película ¿Qué te juegas?, junto a Amaia Salamanca, Javier Rey (Fariña), Leticia Dolera, Mar Saura, Brays Efe y el productor Santiago Segura, entre otras caras famosas del cine español, apareció alguien poco habitual en esos ambientes: Astrid Gil Casares, ex del empresario Rafael del Pino, presidente ejecutivo de Ferrovial.
De Astrid Gil Casares nació la idea de esta comedia romántica que llega al cine dirigida por Inés de León. El nombre de Astrid Gil Casares apareció por primera vez en la prensa social (y económica), cuando contrajo matrimonio en junio de 2006, con Rafael del Pino Calvo Sotelo, presidente de Ferrovial y uno de los empresarios más importantes y con mayor fortuna del mundo. Su patrimonio se estima en 7.650 millones y su fortuna figura entre las 100 primeras de la lista Forbes.
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Era la segunda boda para él, viudo y padre de tres hijos varones, y el primero para esta experta financiera que desarrolló parte de su carrera en Londres.
Diez años después y con tres hijas en común, el matrimonio acabó en un divorcio complicado, que enfrentaba a un hombre muy poderoso con una esposa que argumentaba haber dedicado diez años de su vida a cuidar de los hijos de su marido y de las tres que habían tenido juntos, y que había abandonado su carrera financiera en Londres para ayudarle en sus negocios, como experta economista.
Según algunos medios, Gil Casares pedía en principio a del Pino una indemnización compensatoria de 50 millones de euros, además de los alimentos de sus hijas y ayuda al alquiler de la casa de La Moraleja donde vive con las niñas.
Mientras estas peticiones de la esposa fueron desestimadas en primera instancia, Astrid Gil Casares cambió radicalmente su imagen de ejecutiva financiera y luego esposa políticamente correcta de empresario importante por el de una escritora de aire punk, llena de tatuajes, el pelo cortísimo y rubio, y dispuesta a emprender una nueva vida, lejos de los fastos millonarios a los que estaba acostumbrada.
Después de mucho tiempo intentando que su guión fuera llevado a la pantalla, Santiago Segura ha producido la película y Astrid tiene intención de seguir escribiendo guiones y relatos. En el estreno del cine Capitol, en la Gran Vía madrileña, sonreía feliz de haber conseguido el reconocimiento a sus esfuerzos.
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Aunque tenía otros motivos para estar contenta. En contra de informaciones aparecidas en algunos medios, que daban a Gil Casares como perdedora en su proceso de divorcio, en noviembre pasado, la Audiencia Nacional estimó el recurso, presentado por la abogada de Gil Casares, Teresa Martín Rico, contra la sentencia anterior.
El tribunal dictaminó que Astrid Gil Casares percibiría 12 millones de euros más una pensión compensatoria durante cinco años, una cantidad que los juristas de familia consideran una de las más altas de los últimos años, todo un triunfo del despacho de abogados que defendía los intereses de Gil Casares.
Por su parte, parece que Rafael del Pino va a recurrir la sentencia y acudirá al Tribunal Supremo para rebajar cantidades y condiciones. La batalla por uno de los divorcios más polémicos de nuestro país, sigue adelante.