Letizia intenta fastidiar la foto con Juliana Awada y la argentina se crece
Sara Olivo
La Reina de España es experta en el dominio de las poses. Ha sido reportera y sabe cuándo una imagen sirve o no. Todas sus tablas no le sirvieron para fastidiar la foto con la primera dama argentina en la cena de gala ofrecida ayer en el CCK por Mauricio Macri y su esposa. Y Juliana sacó ventaja de la situación.
Letizia, vestida con un maravilloso diseño de Carolina Herrera azul con bordados en oro y perlas, llegó puntual a la cita. No hubo saludo entre las dos primeras damas para los fotógrafos no oficiales.
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La Reina no solo se distanció prudentemente de la primera dama argentina, también miró modosita hacia el suelo 'a lo lady Di' para evitar una buena foto. Juliana Awada no la acompañó en sus propósitos.
La esposa de Mauricio Macri, toda una 'lady in red', espectacular a pesar de no mostrar los brazos como su rival, se permitió regalar de soslayo alguna de sus mejores sonrisas a la galería. Si la foto de las dos no iba a servir no sería por culpa suya.
A destacar, los colores elegidos. El rojo de la corbata de Macri, a juego con el atuendo de su esposa, era un guiño a nuestro país. El azul de Letizia y de la corbata de Felipe VI un homenaje a la bandera argentina.
Uno de los aspectos más comentados de esta visita ha sido 'el cholulo' pedido de Letizia, así lo han calificado los medios argentinos. La Reina pidió que Mirtha Legrand estuviera presente en la cena y la relación con Mauricio Macri no es demasiado buena en los últimos tiempos. La Reina de las periodistas argentinas, así se autodenomina, estaba más feliz que una perdiz gracias a su triunfo.
La palabra 'cholulo' podría traducirse como friki-fan, y Letizia, hija y nieta de periodistas, es toda una friki-fan de la veterana informadora. También asistió a la cena el dúo Pimpinela, cuyas canciones son mundialmente conocidas en el universo de habla hispana.
La Reina, con un moño bajo y el pronunciado escote de su vestido, estaba espectacular. Las canas de quita y pon habían desaparecido, su tinte es en los últimos tiempos más oscuro. El tono de su pintalabios era muy natural, al contrario que el maquillaje de los ojos, mucho más dramático, con tonalidades cobre y el eyeliner muy perfilado. Sus pestañas eran kilométricas, o bien por las extensiones o por la calidad del rímmel que usa. No es el caso de Juliana Awada, cuyos puntos fuertes son el bonito bronceado y sus armoniosas cejas.