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La mitad de las cenizas de Karl Lagerfeld descansarán junto a las de su pareja, Jacques de Bascher


    Informalia

    Karl Lagerfeld no era el hombre de hielo que aparentaba ser. Su rostro hierático era una pose que ocultaba un corazón destrozado por el dolor de una pérdida que nunca superó del todo. El Sida se llevó a su pareja, el aristócrata Jacques de Bascher en 1989. Ahora volverán a estar juntos para siempre.

    Era elegante, guapo, cautivador y con motivo de la muerte de su pareja, Karl Lagerfeld, muchos de los que le conocieron han vuelto a recordarle en las redes. Se llamaba Jacques de Bascher. El maestro de la moda alemán quiso que sus restos mortales, sus cenizas, descansaran a su lado tras su muerte. Ese ha sido su último deseo.

    Podría tener un entierro y un funeral al que asistieran tantas celebridades como al de Lady Di, pero fue muy preciso al respecto: no quería ninguna despedida. Lagerfeld, según recuerda Vanity Fair, consideraba de mal gusto los funerales multitudinarios: "Lo encuentro horrible. Quiero desaparecer como hacen los animales del bosque salvaje. Es horrible encumbrar a la gente con sus restos", decía.

    Un portavoz del conocido diseñador ha manifestado que se respetarán sus deseos y ha recordado que el káiser "prefería morir antes que ser enterrado". Dejó instrucciones claras: quería ser incinerado y que la mitad de sus cenizas descansasen con las de su madre y la otra mitad con las de su amante, Jacques de Bascher, a quien cuidó durante su enfermedad y con quien compartió 20 años de su vida.

    Marie Ottavi, autora de Dandy de L'Ombre (Segier), la biografía de De Bascher publicada en 2017, declaró a Vanity Fair: "Era una relación libre. A Lagerfeld no le interesaba el sexo, a Jacques, demasiado. Para De Bascher era una forma de expresar su poder, un ámbito en el que su belleza y su cultura causaban estragos. Lagerfeld ejerció el papel de voyeur que se divierte sin participar. Les unía en cambio el gusto por el romanticismo, la estética, la vida palaciega".

    La familia de De Bascher cuidará de las cenizas de ambos, según Le Monde. Una pequeña parte de las mismas dormirán el sueño eterno junto a las de su gata Choupette, cuando esta fallezca.