El ex ministro británico Boris Johnson y su amante treintañera viven juntos en una mansión de un millón de libras
Silvia Armesto
Como ya informábamos el pasado mes de septiembre, la nueva conquista del ex ministro británico es una joven relaciones públicas de 30 años, conocida como Apples. Carrie Symonds, verdadero nombre del amor del político de 54 años, fue despedida en pleno verano como jefa de prensa del Partido Conservador, una noticia que iba unida al divorcio, aún no formalizado, del ex alcalde de Londres y cuya ex mujer e hija mayor le dedican frases tan bonitas como ésta: "Eres un bastardo egocéntrico". Ahora salen a la luz fotografías e informaciones que demuestran que Boris y su nueva novia están a a punto de oficializar su relación. De momento ya comparten techo: una casa valorada en más de un millón de euros (un millón de libras esterlinas)
Según el Daily Mail, Symonds ahora ha cambiado el apodo de Apples por el de FLOTUS, es decir, Primera Dama de los Estados Unidos: es en inglés el acrónimo con el que el personal de la Casa Blanca se refiere a Melania Trump.
Boris Johnson y Carrie pasaron el día 31 de diciembre juntos en Grecia en la fabulosa mansión que posee allí el padre del político. Ambos fueron fotografiados en actitud cariñosa paseando y almorzando.
Boris se enfrenta a su segundo divorcio. Tras dejar a su primera mujer, Allegra Mostyn-Owen, inició su relación con la que luego sería su segunda esposa -la abogada Marina Wheeler. 25 años de matrimonio y cuatro hijos después, Marina presenta esta semana los papeles de divorcio con el adulterio como causa mayor. Su hija Lara ha condenado la conducta de su padre y le ha llamado "bastardo egoísta". La culpa la tiene Carrie Symonds, o sea, Apples (manzanas), o sea FLOTUS.
Symonds ahora trabaja en Bloomberg, es hija de Matthew Symonds, fundador del periódico The Independent, y de Josephine Mcaffee, abogada del periódico. Tras licenciarse en Historia del Arte en la Universidad de Warwick, se unió a los conservadores donde trabajó en diferentes puestos hasta ser la cabeza del departamento de relaciones públicas.
Boris y Apples son rubios y ambiciosos y conservadores, aunque ella es 24 años más joven que el político más conocido del Reino Unido y eterno aspirante a sucesor de Theresa May en el número 10 de Downing Street. Carrie Symonds, la última amante conocida del ex ministro de Exteriores británico, es, desde el punto de vista de la prensa local, la responsable de la guerra civil que mantienen Boris Johnson y su mujer, Marina, que le echó de casa nada más conocerse el escándalo.
La aventura amorosa con Carrie Symonds, despedida en verano como jefa de prensa del Partido Conservador bajo sospecha de "dormir con el enemigo", puede hundir la carrera de Johnson. Pero hay quien opina sin embargo que su avasalladora presencia en los tabloides a causa de su penúltimo culebrón puede ayudarle en su carrera hacia el Gobierno de Su Majestad. Johnson, mientras tanto, no se corta un pelo y sigue atacando a su ex jefa, Theresa May, a la que acusa de negociar un Brexit "suicida".
Carrie Symonds, por cierto, estuvo desaparecida o escondida al principio del romance, mientras los inagotables tabloides profundizaban en los detalles de su tórrida historia de amor con Johnson: la comida del día de San Valentín en febrero, la cena por su 30 cumpleaños, los encuentros furtivos en una suite de lujo del hotel Rosewood del barrio de Holborn, a menos de tres kilómetros de su casa familiar de Islington donde Boris no puede volver, so pena de ser golpeado por su mujer...
Los mensajes subidos de tono entre Boris y Symonds fueron aireados al parecer por la propia jefa de prensa durante meses. Boris, todavía secretario de Exteriores, le enviaba al parecer textos 'guarrillos' que no quedaban entre ellos. Fueron los colaboradores más cercanos de Theresa May quienes advirtieron a la premier sobre la relación de la joven asistente y Boris Johnson. Ello forzó la dimisión de Symonds, mes y medio después de que el propio Johnson arrojara la toalla por su desacuerdo con el plan del Brexit de la premier.
Los deslices amorosos de Boris Johnson no son nuevos. La crítica de Arte Helen Macintyre (con quien se supone tuvo una hija), la escritora Petronella Wyatt (que le acusó de no querer siquiera pagar la factura médica de un aborto), la periodista Anna Fazackerley o la veinteañera Ruzwana Bashir (ex presidenta del sindicato de estudiantes de Oxford) son solo algunas de 'amigas especiales' de Johnson.