Gemma Alcalá: así es la mujer del comisario Villarejo, procesada por grabar conversaciones sobre el Pequeño Nicolás
Silvia Armesto
Gemma Alcalá no había cumplido 30 años cuando José Manuel Villarejo se cruzó en su vida. Acabó casándose con él y pasó a administrar muchos de sus negocios, por lo que siempre se ha sospechado que estaba implicada en los numerosos chanchullos de su marido. Este martes se ha sabido que la magistrada María Pilar Martínez Gamo ha concluido la investigación contra los señores de Villarejo y ya es seguro que la mujer del comisario más famoso de España será procesada por grabar a policías y espías hablando sobre el Pequeño Nicolás.
Gemma Alcalá (Madrid, 1971) es la segunda esposa de Villarejo y tienen una hija. Hasta que el ex policía fuera encarcelado, hace ahora un año, vivían juntos en una casa de Boadilla, al noroeste de la capital. Aquel 3 de noviembre de 2017, el comisario jubilado fue detenido en su casa-búnker de Boadilla del Monte por agentes de policía, acusado de organización criminal, cohecho y blanqueo en el marco de la operación Tándem.
También ella fue arrestada y conducida a dependencias policiales. Diez días antes de la detención, habían decidido divorciarse pero, a pesar de que su matrimonio estaba roto, Gemma todavía usa hoy los vis a vis con su marido. Según ella, con el objeto de intercambiar información sobre su proceso judicial: "Lo paso fatal cuando voy. Porque los funcionarios nos dicen: 'Pasadlo bien parejita'. Es algo asqueroso", comentó a un amigo, según publicó El Mundo. El día de la detención no lo olvidará. Ella volvía de su clase de Pilates cuando vio a su marido arrestado y a decenas de agentes rebuscando esos famosos documentos y pruebas contra personalidades importantes que Villarejo guardaba para asegurar su inmunidad frente al Estado. Gemma también fue esposada. Fue liberada poco después pero con la cuentas embargadas y, según ella, teniendo que pedir comida a sus padres. El juez decretó, tras aquella detención, el embargo de sus cuentas y los bancos comenzaron a presionarla para que avalara el pago de los cuatro millones que debe en hipotecas. A Gemma, casada en separación de bienes, Villarejo sólo le había dejado, según decía, un piso en Estepona.
A los dos meses del ingreso en prisión del ex comisario aparecieron las famosas grabaciones de las citas del emérito con Bárbara Rey. Luego llegaron las grabaciones de Corinna en Londres, las de la ministra de Justicia, las de Dolores de Cospedal, las del marido de la periodista Ana Rosa Quintana... Gemma se limitaba a decir que no fue su marido quien difundía los escándalos, que ella no sabía nada y que tiene la vida destrozada. "Ahora sólo me preocupa la de mi hija", ha declarado.
Fue hacia 1999 cuando la periodista conoció a Villarejo, por entonces recién divorciado de la madre de sus cuatro hijos. Hija de un carnicero del barrio de Vallecas, quedó impresionada por aquel hombre de voz ronca y aire misterioso que podía ser su padre. Tal fue el hechizo que se casó con él y años después tuvieron una hija, la quinta para el ex policía. De los líos de su marido ella asegura que se enteró por la prensa y que no sabía nada, pero sí supo al principio de su relación que, a pesar de su excedencia, su esposo era un espía o al menos que seguía trabajando como agente doble haciendo misiones clave para el Estado.
Especialista en redes sociales y reputación online, se sabe que a finales de 2014 la señora de Villarejo hizo un curso de Community Manager en Aula CM, un centro de la calle Orense. Gemma Alcalá empezó la carrera de Ciencias de la Información en Madrid en 1989. Cinco años después de licenciarse, comenzó a trabajar en el Grupo Cenyt como directora de comunicación, aunque aparece de un modo u otro en otras empresas, como el Club Exclusivo de Negocios y Transacciones, Stuart & McKenzie Spain, de Premium Hotels, y Autocobermar, todas ellas Sociedades Limitadas. También aparece en Hispania Quality & Development.
Supuestamente, el matrimonio y el periodista Carlos Mier grabaron y difundieron una reunión entre tres agentes de Asuntos Internos y dos del CNI en la que abordaban la investigación al Pequeño Nicolás. La jueza considera que hay indicios contra los tres por revelación de secretos y ordena transformar las diligencias previas en procedimiento abreviado, el equivalente al procesamiento para delitos castigados con menos de nueve años de cárcel.