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La verdad sobre la salud del matrimonio de Felipe y Letizia: ni cobra ni embarazo ni divorcio


    J. Moriarty

    Felipe y Letizia cuentan con poco más de una semana libre para disfrutar de las llamadas vacaciones "privadas", hasta que volvamos a verles -si no antes- en el homenaje a las víctimas de los atentados de las Ramblas y Cambrils, dentro de diez días. Tras la semana perfecta de Letizia en Mallorca, incluido el almuerzo junto a su marido con el presidente del Gobierno y su esposa, el matrimonio de los reyes y la salud de su vida amorosa llega a publicaciones nacionales y extranjeras. Este martes 7 de agosto, hace 20 años, la periodista Letizia Ortiz Rocasolano, con solo 25 años, se casaba con el profesor de Literatura Alonso Guerrero, del que se divorciaría un año después. Llegarían después otros amores, pero desde que se enamoró de Felipe de Borbón, y se casó con él para convertirse en princesa primero y más tarde en Reina, su amor se ha consolidado. Lo demás son serpientes de verano.

    En alguna publicación alemana y estos días en una revista portuguesa, dedican páginas y páginas a hablar, o bien del embarazo de la reina de España, los germanos; o del divorcio inminente de los reyes, en Portugal, dos situaciones un tanto contradictorias. Medios españoles hablan en sus ediciones digitales de este lunes de "la cobra" de don Felipe a su esposa, cuando la reina y sus hijas subieron al velero Aifos el pasado sábado, para saludar al Rey al finalizar la regata. Según estas publicaciones, Letizia pretendió besar a su marido en los labios y el rey ladeó la cara para evitarlo. Y semejante desprecio, añade alguna de las publicaciones, "hace saltar las alarmas" sobre la situación matrimonial de los reyes.

    Sin embargo, ni Informalia, testigo presencial del momento, ni ningún diario de Mallorca, observamos ese desplante del que dan cuenta algunos medios. Por tanto, podemos certificar que ni hubo cobra ni hay por qué alarmarse. Este digital ha seguido toda la semana las idas y venidas de la Familia Real en Mallorca y hemos podido comprobar que la reina nunca ha estado tan cercana a su marido, tan dispuesta a ayudar a recomponer la imagen familiar de la Corona y tan sonriente y relajada con sus hijas y con el rey. Por cierto, que Pedro Sánchez, anunció este lunes, tras almorzar con los Reyes y su esposa, Begoña Gómez, que la Reina estará hombro con hombro junto a su marido en la Ciudad Condal, en el acto de homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona y Cambrils. Recordemos que hace un año, cuando se produjeron los atentados terroristas, doña Letizia no estuvo presente en la primera manifestación junto al Rey, al que se unió al día siguiente para visitar a las víctimas y heridos en los hospitales. 

    Después de 15 años de matrimonio, la Casa Real reconoció en una ocasión que los entonces Príncipes de Asturias tenían sus diferencias como cualquier pareja. Sin embargo el tiempo ha demostrado que son un matrimonio sólido, capaz de superar cualquier crisis o hacer olvidar escenas embarazosas como la de la catedral de Palma en la misa de Pascua.

    Felipe VI se juega mucho como Rey y vive situaciones críticas que nunca le tocaron sufrir a su padre, a excepción del intento de golpe de estado del 23-F en 1981. El monarca se enfrenta al gravísimo desafío catalán, que se va extendiendo como un cáncer maligno a otras comunidades como Baleares o el País Vasco. Don Felipe tiene que soportar el impacto de la supuestas corruptelas de su padre, las amantes del emérito, ver a su hermana Cristina en el banquillo y a su cuñado en prisión, como para añadir la leña de su posible divorcio al fuego político que abrasa a la institución.

    El Rey ha hecho oídos sordos al supuesto "divórciate, coño" que, según la periodista Pilar Eyre le aconsejó don Juan Carlos cuando el rifirrafe de la catedral. De hecho, tomó la determinación de apartar a su hermana Cristina de la Familia Real y vetó la presencia de su padre en Palma este verano, después de que la amante germano-alemana desvelara que ella era la testaferro del antiguo monarca.

    Si bien se ha vendido la ausencia de don Juan Carlos como causada por un problema de salud, pocos dudan de que podía haber estado en la isla junto a su familia, aunque no compitiese, de no ser por la incomodidad que suponía la foto con con don Juan Carlos y su hijo (también para doña Sofía) después del tsunami Corinna. 

    Felipe VI ha actuado por responsabilidad y por razones de estado. Y Letizia ha estado ahí para apoyarle por los mismos motivos y seguramente también por amor a su marido. Nunca hemos visto a los reyes tan cercanos, tan cómplices y con tantas muestras públicas de afecto y cercanía, como en estos últimos meses y durante su estancia en Mallorca. Sin embargo, Vanity Fair menciona el posible divorcio del que habla la prensa portuguesa, aunque solo sea para preguntarse qué ocurriría con la princesa Leonor y la infanta Sofía, si el matrimonio real se fuera a pique. Esa hipotética situación quedó atada y bien atada dos meses antes de la boda real, cuando Felipe y su prometida firmaron unas capitulaciones matrimoniales en las que se contempla lo que ocurriría ante un posible divorcio. Al tratarse del Rey y jefe del Estado, la consorte tendría que renunciar a la custodia y educación de los hijos, que encabezan la línea de sucesión, aunque nadie le impediría tratarlos, estar con ellos y tener su vida económica resuelta con casa propia y las atenciones correspondientes. Por el momento, no hay alarmas en el horizonte. Y todo parece indicar que el matrimonio real goza de excelente salud.