Mila Ximénez desmonta a la estafadora de los famosos: "Eres un ser maligno y putrefacto"
Silvia Armesto
La colaboradora de Sálvame ha querido sincerarse sobre la durísima experiencia que ha vivido tras la detención de Mónica Gil, la estafadora de la jet set.
El escándalo es mayúsculo. El tsunami mediático que ha provocado la detención de la estafadora de los famosos, Mónica Gil Manzano, tiene aterrorizados a muchos de los personajes a los que ha engañado. Pero Mila Ximénez planta cara a esta sevillana que, disfrazada de amiga suya durante 11 años, quiso estafarla. Mila también ha desenmascarado a esta supuesta ladrona de guante blanco ante la Policía. Las autoridades estiman que el presunto botín que ha podido amasar por operaciones inmobiliarias o fondos de inversión fraudulentos puede superar los 5 millones de euros. Hay ya más de 20 denuncias.
El pasado lunes de 2 de julio, Gil tuvo que sustituir su coche de alta gama por un furgón policial. Salió de Alcalá Meco, prisión en la que está ingresada, para ser conducida -visiblemente nerviosa- hacia la Audiencia Provincial de Madrid. Se enfrentaba a su segundo juicio por haber estafado presuntamente 58.000 euros a una de sus víctimas. La vista no se llegó a celebrar, las partes llegaron a aun acuerdo y Gil aceptó la pena de 18 meses de prisión. Testigos afirman que está muy demacrada, avergonzada y preocupada. No es para menos. Meses antes de su detención, la estafadora fue agredida por alguien contratado por un famoso con mucho poder al que no pagaba.
Mila Ximénez es muy consciente de la suerte que ha tenido al no ceder ante las peticiones de Gil: "Ella intentaba gestionar mi patrimonio, quería que le diera todo el dinero para administrarlo", afirma. Negarse le ha salvado de la ruina. "Me intentó estafar por lo menos en cinco ocasiones. Hace 15 días me dijo que hablara con María Patiño y más compañeras para hacer un mercadillo solidario", desvela.
Mila Confirma que llegó a confiarle altas cantidades de dinero. "Le hice una transferencia de 75.000 euros al 7 de marzo, el 1 de junio me los devolvió. Ahora me he enterado del que el dinero era de una victima", cuenta. Muchos son los testimonios que apuntan a que Gil es una mentirosa compulsiva. Ni era licenciada en Economía como alardeaba, ni su padre fue un alto cargo del Instituto de Empresa. "Manipuladora, déspota con sus empleados y una encantadora de serpientes con los famosos". Así la definen sus víctimas. "No bebe alcohol, toma gaseosa, evita las fotos de cuerpo entero, está muy acomplejada con su cuerpo, y sobre todo le fascinan los famosos", ha declarado uno de los afectados. Quizá esta fascinación por la fama es la que le llevó a intentar hacer negocios con Kiko Matamoros o Jorge Javier Vázquez. Tras la detención de la estafadora, la estrella de Telecinco afirmaba sorprendido: "Se reunió con mi cuñado, que es administrador, y nos llamó la atención que quería el dinero ya".
El disgusto entre los amigos de Gil es mayúsculo. Cristina Tárrega está desolada. La valenciana le llegó hasta a dedicar su libro: "Deberías ser eterna". Informalia ha tenido acceso al testimonio de otra de las víctimas de la estafadora. "La conocí por Carla Pereyra, podía gastarse 4.000 euros en zapatos en menos de media hor. Me asocié con ella y ha sido mi ruina", afirma.
La novia de Simeone (arriba, en una foto junto a Gil) fue imagen de un negocio de estética que regentaba Gil, cobraba 2.000 euros mensuales y ahora está indignada. "Me molesta que se vincule mi foto con ella", dice la novia del entrenador del Atlético de Madrid. El bailaor Joaquín Cortés, que por cierto fue pareja de Carla Prereyra, tuvo a Gil como contable y también la ha denunciado. También un escolta de Letizia, con el que la estafadora decía que iba a casarse en septiembre.
El ex futbolista del Atlético de Madrid Mariano Pernía fue el primero en sentarla ante el juez para reclamarle 850.000 euros. Gil asumió un delito de estafa a cambio de 18 meses de prisión. Entonces no entró en la cárcel. Además, pactó devolverle medio millón de euros a plazos. El primero, de 50.000 euros, lo pagó en enero. Este mes debe abonar 150.000.
Tal es la traición que ha sentido la colaboradora de Sálvame, que no ha dudado en dedicarle la más dura de las cartas. Una misiva que empieza así...
"Esta va a ser una carta sin encabezamiento, porque siempre empiezan con un 'Hola' o un 'Querido/a', así que, me ahorro el trámite por razones obvias. Ni quiero saludarte ni siento el más mínimo afecto por ti en este momento ni en el futuro.
Cuando escribo esto se que estás en prisión y nunca pensé que diría que me alegra. Y no por venganza, sino porque me produce tranquilidad que estés lejos de tus víctimas, actuales y futuras. Muchos dormimos más tranquilos sintiéndonos fuera de tus garras de depredadora.
Te conocí hace tiempo, y a día de hoy confieso que no se quién eres. Fuiste capaz de crearte un perfil falso durante años, y tengo que reconocer que sabes venderte. Tanto que jamás vi nada que delatara el ser maligno y putrefacto que me muestran ahora..."