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La casa del terror de los Franco, entre la historia, la ruina y una sanción de hasta un millón de euros
- El palacio del Canto del Pico, en semi abandono
Silvia Armesto
El Canto del Pico es el decorado perfecto para una película de terror. Situado a mil metros, en la localidad madrileña de Torrelodones, el palacio donde Carmen Martínez-Bordiú pasó de niña a mujer es hoy propiedad del José Antonio Oyamburu. Es monumento histórico-artístico desde 1930. El empresario se lo compró a la familia de Franco en los años 80, y parece que no ha hecho mucho por conservarlo excepto tapiar ventanas y puertas para protegerlo de ladrones y vándalos. La finca que lo rodea cuenta con 8.000 metros cuadrados y junto al inmueble que costó 320 millones de pesetas de los de hace 30 años.
El palacio fue cedido a Francisco Franco por el conde de las Almenas, José María de Palacios, nada más acabada la Guerra Civil, en 1940. La película Raza, con guión firmado por Jaime de Andrade, seudónimo del propio Franco, y dirigida en 1942 por José Luis Sáenz de Heredia, contó con este escenario como localización. Por allí anduvieron Alfredo Mayo y Ana Mariscal, inmortalizando con este largometraje el escenario de la propaganda fascista.
Ahora, en el siglo XXI, la desde la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid explican a Informalia que se han dirigido a los Oyamburu para que presenten un "proyecto de consolidación y conservación sobre los elementos de valor patrimonial de la propiedad". Pero parece que la familia pretendía hacer un hotel o casa rural (al estilo del de Norman Bates en Psicosis) eso es complicado por no decir imposible o inviable porque estamos hablando de un Parque Natural donde estas licencias no están permitidas bajo ninguna circunstancia.
El palacio rezuma historia y anécdotas: el expresidente del Gobierno Antonio Maura falleció cayendo por la escalera principal en diciembre de 1925. El inmueble fue utilizado como centro de mando militar del republicano en la batalla de Brunete y el ministro de Hacienda socialista Indalecio Prieto (con Azaña de presidente) lo utilizó para esconderse. Hace ahora justo 20 años, el palacio sufrió un incendio en el que se quemó la cubierta. Fue la Comunidad de Madrid la que llevó a cabo y costeó las obras, aunque los propietarios la rehicieron más tarde.
Puestos en contacto con el entorno de los propietarios, éstos niegan que el palacio se encuentre abandonado y argumentan que no está peor que cuando lo compraron en 1988. Los vecinos de Torrelodones claman para que la Comunidad tome medidas, unas medidas que pueden acarrear sanciones de hasta un millón de euros.