La entrevista más personal de Íñigo Errejón con pullita a Pablo Iglesias: "Yo no puedo comprarme un chalé"
Informalia
El candidato de Podemos a las próximas elecciones autonómicas en Madrid ha concedido su entrevista más personal y ha desvelado, entre otras cosas, que el yoga y la cerveza son dos de sus placeres ocultos. Además, ha aprovechado la oportunidad para lanzarle un dardito envenenado a su jefe: "Yo no puedo comprarme un chalé de 600.000 euros, vivo de alquiler y de momento así me quedo".
Es uno de los solteros de oro de la política española y uno de los grandes desconocidos en el ámbito personal. Decidido a terminar con lo segundo (lo primero él sabrá), ha concedido una entrevista a la revista Marie Claire desde donde ha lanzado una pullita a Pablo Iglesias, que pasó de ser su amigo del alma a compañero de partido pasando por rival político en sólo unos meses: "Yo no puedo comprarme un chalé de 600.000 euros, vivo de alquiler y de momento así me quedo". Hablando de política, confiesa que no se fía de Pedro Sánchez ("En política creo que te tienes que fiar de los hechos") y que echará de menos a Mariano Rajoy ("como presidente no, pero sí como parlamentario, tenía gracia y cierta rapidez).
Por primera vez, Íñigo Errejón (34) ha desvelado cómo es su vida más allá del Congreso: "Cuando llego a casa necesito apagar el móvil y me doy una ducha. Me ducho por las noches que es una costumbre de mi madre, me relaja mucho y a partir de ahí te abres una cerveza, cenas… Es como un rito". Además, ha confesado que se ha enganchado al yoga: "Lo empecé haciendo porque la tensión se me cargaba en el cuello y la espalda y me viene de maravilla porque te tienes que concentrar en ti y en tu cuerpo, en la respiración, en cómo estás y te separas un poco de la tiranía del móvil, que es criminal".
Errejón ha confesado que toma infusiones relajantes para dormir y que echa de menos las siestas en la casa de su abuela: "Para mi abuela las siestas eran como de pánico nuclear, las persianas bajadas. No se podía hacer nada. Duraban tres horas y ahí leías una barbaridad. Yo en algún momento tendré hijos y me gustaría que hicieran eso, lo recuerdo con mucho cariño". Y ha añadido: "Tú tienes que marcarle el tiempo al móvil y no al revés. En el pueblo sabías que eran las 8 porque estaban pasando las ovejas por la calle", ha afirmado melancólico.