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Bautizo en Suecia: una ausencia, un desmayo y una princesa descalza


    Informalia

    La princesa Magdalena (35) y su marido, Chris O'Neill (43) han bautizado este viernes a su tercera hija, Ariedne. Lo han hecho en el Palacio de Drottningholm, en la isla de Lovön, hasta donde se han trasladado amigos y familiares del matrimonio, en total 150.

    Las flores han sido las protagonistas de la jornada y todas las invitadas sin excepción han querido hacer honor a la decoración y la primavera con sus estampados, empezando por la princesa Magdalena, que incluso ha utilizado una diadema repleta de pequeñas rosas a juego con un diseño de la colección Resort 2018 de Giambattista Valli.

    Victoria de Suecia (40), por su parte, estaba acompañada de su marido, Daniel Westling (44), y su hijo pequeño Óscar, ya que su primogénita, la princesa Estela, se ha ausentado porque se encontraba indispuesta. No han faltado su hermano, Carlos Felipe de Suecia (39), con su esposa, Sofía Hellqvist (33), y sus dos hijos, Gabriel y Alexander, así como los reyes, Carlos Gustavo (72) y Silvia (74).

    También han acudido amigos íntimos de la pareja, familiares (como las cuatro hermanas del Rey con sus familias y una amplia representación de los O'Neill) y autoridades como Stefan Löfven, Primer Ministro del país, con su mujer. Por supuesto, los padrinos que, por primera vez en la historia de los Bernadotte, no eran de sangre real: Anouska d'Abo (sobrina de O'Neill), Coralie Charriol Paul (directora creativa de la firma de joyería fundada por su familia), Nader Panahpour (amigo de la infancia de Chris), Charlotte Kreguer y Natalie Werner (amigas de Magdalena), y Gustav Thott (marido de Louise Gottlieb, la íntima de Magdalena).

    El calor resultaba sofocante y ha proporcionado algunas de las anécdotas de la jornada, como el desmayo de uno de los miembros de la Guardia Real o la espontaneidad de la princesa Leonore, primogénita de Magdalena y Chris O'Neill, que se ha quitado los zapatos para hacer volteretas en mitad de la iglesia y correr en el suelo de gravilla de la entrada.

    La princesa Adrienne ha cumplido con una larga tradición y ha sido bautizada con el vestido familiar, una prenda que data de 1906 y que estrenó el príncipe heredero Carlos Adolfo, padre del actual soberano. El sacramento lo han oficiado el arzobispo Antje Jackelen y el obispo Johan Dalman, la niña ha recibido agua de Öland y se han disparado 21 cañonazos desde Skeppsholmen en su honor. Después, los anfitriones han agasajado a todos sus invitados con un cóctel.