Actualidad

Francisco Correa, Pablo Crespo y El Bigotes: los Golfos Apandadores de la Gürtel


    Pilar Fernández

    La realidad siempre supera la ficción, incluso si ésta es para niños que se parten de risa con las desastrosas fechorías de una panda de delincuentes cutres. Todo hay que decirlo: Francisco Correa, Pablo Crespo y El Bigotes destilan más elegancia que los Golfos Apandadores, pero no son tan graciosos.

    Once años después de que comenzase la investigación sobre la trama de corrupción política en el seno del PP, el Tribunal Supremo ha dictado sentencia firme para los principales imputados, que han sido condenados a 13 años de prisión por la primera de las seis piezas en las que se dividió el caso. Junto a las penas de cárcel, la sentencia estipula que Correa, Crespo y Álvaro Pérez, El Bigotes, deberán abonar multas de 3,9 millones de euros cada uno por el delito de tráfico de influencias, además de 271.636 euros a la Generalitat Valenciana en concepto de indemnización.

    La vida de Francisco Correa (62) será muy distinta a partir de ahora. El empresario, que salió de la prisión de Soto del Real en 2012 tras pagar una fianza de 200.000 euros, tendrá que regresar a la cárcel y separarse de su hija, fruto de su matrimonio con Carmen Rodríguez Quijano, ex jefa del gabinete de Guillermo Ortega, ex alcalde Majadahonda, e imputada también en la trama Gürtel.

    Se desvinculó del empresario cuando estalló el caso aunque llevaban separados desde 2005 por las continuas infidelidades de Correa, tachado de "mujeriego" por su círculo. Compartieron techo hasta febrero de 2009, cuando fue detenido e ingresó en prisión. Ahora, Carmen vive con la hija de 10 años del matrimonio y recibe la ayuda de algunos amigos, ya que le embargaron la casa de su propiedad que compartía con Correa en La Finca.

    Correa tuvo otro hijo, tristemente fallecido a los 13 años por la fibrosis quística con la que nació. Su madre, María Antonia Puerto Guzmán, primera esposa del empresario, denunció en su momento que éste los había dejado abandonados a su suerte y que nunca se preocupó por la salud de su hijo.

    El empresario que dio nombre a la mayor trama de corrupción del PP era íntimo amigo de José María Aznar (fue a la boda de su hija con Alejandro Agag), Ana Mato o Francisco Camps, pero todos le ha dado la espalda en los últimos años, los mismos en los que Correa presumía con ellos de su alto nivel de vida: 30 propiedades de lujo, 49 coches de alta gama, 4 yates, relojes, obras de arte... Una fortuna estimada en 40 millones de euros y que fue bloqueada por el juez Garzón.

    Pablo Crespo (58), número 2 de la Gürtel, también ha sido condenado a 13 años de prisión. Quinto hijo del empresario Manuel Crespo Alfaya, colaborador de Rajoy en el PP gallego, siguió los pasos profesionales de su padre, tanto en sus negocios como en política.

    Se casó con Margarita Vázquez Cortizo, que pasó de ocupar una plaza en propiedad en el laboratorio del Complejo Hospitalario de Pontevedra a una en la Dirección General de Salud Pública de Madrid, sección de Sanidad Ambiental y Laboral, por intervención de Echániz. Vivían en un chalet de lujo de 500 metros cuadrados en la zona de Peñagrande, donde detuvieron a Crespo, y que su mujer abandonó en 2010. Su situación económica es muy complicada ya que, al igual que le pasó a Correa, todo su patrimonio fue inmovilizado. Eficiente, serio y amante de los detalles, es padre de tres hijos adultos, dos varones y una mujer, Margarita, que ha sido su abogada durante el juicio Gürtel.

    Por último, El Bigotes se ha coronado como el más divertido de los Golfos Apandadores y ha arrancado en más de una ocasión las carcajadas de la Audiencia. Eso sí, la sentencia de 13 años de prisión no le hizo ninguna gracia y ha afirmado que no piensa colaborar más con la Justicia: "Parece que me he cepillado las Torres Gemelas. No lo entiendo".

    El cabecilla de la Gürtel en Valencia se casó por última vez en 2008, con Correa y Camps como testigos. Su esposa es Noemí Ramal, una de las alegres Mamma Chichos que más tarde posó desnuda en Interviú. Conoció a El Bigotes en 1992, cuando ya se había divorciado de Esther del Prado, también portada de dicha revista y que afirmó que El Bigotes, que además es sobrino del actor Andrés Pajares y protagonizó un pequeño papel en Los Bingueros, estaba "obsesionado con el dinero y el poder".

    Desde que fuera imputado en la Gürtel, el empresario está volcado en su familia, especialmente en sus hijos y su mujer, que abandonó la vida pública y ahora es profesora de pilates.

    En 2016, Pérez anunció que iba a escribir dos libros: "Uno sobre el cáncer de próstata, enfermedad que he superado pero sobre la que no se cuenta nada, y otro sobre la cara B de la Gürtel". Y está aprovechando su estancia en prisión para convertirse en el próximo Masterchef: "Voy a clases de cocina, estamos pochando y rebozando".