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El embajador de Estados Unidos se acerca al mundo gay en España


    Martín Alegre

    En Kansas, donde cada año el número de niños necesitados de un hogar supera al de familias adoptivas disponibles, los extremistas partidarios de Donald Trump proponen dejar a las entidades religiosas que rechacen solicitudes de homosexuales. Allí, activistas LGBT sostienen que la excepción legal de Kansas y Oklahoma –que ya existía en Texas, Alabama, Dakota del Sur y Michigan– legaliza la discriminación con dinero del contribuyente, porque las casas de adopción reciben subvenciones. Por otra parte, es sabido que Trump ha tomado medidas como prohibir a los transgénero en el Ejército –orden anulada por un juez– o suprimir una orden de Obama para proteger a los menores transexuales exigiendo a los colegios públicos que los estudiantes pudiesen elegir baño según su identidad de género. Mientras estas cosas ocurren en EEUU, Richard Duke Buchan III, el embajador de Trump en Madrid, tiene la intención de seguir la estela marcada por su antecesor James Costos (casado con un hombre), que dio su apoyo incondicional al movimiento LGTB, con manifiestos, presencia en actos del mundo gay y muchas fiestas en la sede de la embajada durante la Semana del Orgullo, en las que recibía a los líderes más destacados del movimiento homosexual, transexual y lesbianas y a personajes de la vida política y empresarial de ese colectivo.

    Hay curiosidad y expectación por la actitud y las palabras con las que Buchan III recibirá a sus invitados del mundo LGTB en su residencia de la calle Serrano durante la Semana del Orgullo. El nuevo embajador, que no se considera un ultraconservador, es un hombre del ala radical del bando republicano, donde no hay excesiva tolerancia hacia lo que no sea la llamada familia tradicional y las buenas costumbres, escrito así, en letra cursiva. 

    Lo cierto es que la idea de abrir las puertas de la embajada en Madrid a las celebraciones del Orgullo no partió del embajador sino del equipo de la legación norteamericana, funcionarios que ya trabajaban durante la etapa de James Costos. Es probable que le hayan explicado al nuevo responsable los buenos réditos políticos y sociales que le dieron a Costos ser un embajador abierto y tolerante con el mundo LGTB, aunque habría que ver lo que piensa Donald Trump al saber que la sede diplomática de su país en Madrid se llena dentro de una semana de gays y lesbianas brindando por sus reivindicaciones.

    Informalia ha podido saber que James Costos, que vive entre su nueva casa de Madrid, Los Angeles, y Nueva York, no tiene intención de asistir a ninguna de las fiestas LGTB de su sucesor.

    Richard Duke fue uno de los más generosos donantes a la campaña electoral de Trump, a la que contribuyó con 898.000 dólares, unos 758.000 euros, la máxima cantidad permitida por las leyes electorales. Este millonario de Carolina del Norte, donde su familia tiene espléndidas fincas, cría de caballos y explotaciones agrícolas, ha sido hasta ahora un tiburón financiero de Wall Strreet, con casa en Palm Beach, cerca de Mar A Lago, el complejo residencial de Trump. El menor de sus tres hijos fue al colegio con Barron, el chico de Donald y Melania, y su amistad y cercanía ideológica con Trump es total.

    Buchan III pasó dos cursos universitarios en Valencia y Sevilla por los años 80, se divirtió en San Fermín, habla un buen español y acaba de disfrutar con su esposa Hanna de la Feria de Sevilla. Su sueño era ser embajador en Uruguay o España y su amigo Donald Trump lo ha hecho posible.

    El movimiento de acercamiento del embajador de EEUU en España al mundo LGTB resulta como poco llamativo en el contexto de la administración que le ha nombrado. Y no solo por Trump. Recordemos que el vicepresidente Mike Pence se define como un "devoto evangélico" y no es descartable que llegue al Despacho Oval en esta legislatura si el presidente fuese depuesto por alguno de sus escándalos, sexuales o no. El ex Gobernador de Indianápolis fue el primer vicepresidente de EE UU que participó y habló en la antiabortista Marcha por la vida.

    El pasado jueves se celebró en EEUU el Día Nacional de la Oración, jornada que Trump aprovechó para firmar su orden de libertad religiosa, una ley para garantizar que las leyes no obliguen a ningún ciudadano a violar sus creencias. El comunicado oficial define al presidente, como "uno de los mayores defensores de la santidad de la vida en la historia de la Casa Blanca". Poco después, el sábado, la nación se moría de risa viendo la parodia que la actriz porno Stormy Daniels hacía en el programa de televisión Saturday Night Live, donde lanzaba una advertencia al mandatario: "Se acerca una tormenta, cariño". Stormy, quien asegura haber tenido una aventura con el presidente norteamericano, significa "tormentosa" en inglés.

    Ahora que el populismo de la administración Trump empuja a la ultraderecha religiosa de EEUU a luchar  por las leyes antiaborto más restrictivas y a discriminar a los LGTB, Richard Duke Buchan III, tiende una mano a los gays en Madrid.  Bienvenida sea.