María Zurita descansa en casa de sus padres después del parto prematuro y harta de tanta visita
- La sobrina de don Juan Carlos reside allí
Sara Tejada
María Zurita abandonó este jueves la clínica del Rosario para regresar a la casa de sus padres en el barrio de Salamanca, donde vive junto a su hermano Alfonso. Los hijos de los duques de Soria dejaron hace unos años sus respectivos pisos de solteros para regresar al domicilio familiar, dada la edad (79 años) y la delicada salud de la infanta Margarita, que además echaba de menos a sus hijos.
Después de la visita de la hermana pequeña de don Juan Carlos a su hija, la mañana del mismo jueves, la infanta Elena fue la última en pasar por la habitación de su prima María antes de que le dieran el alta. A sus 42 años, la sobrina del rey don Juan Carlos no estaba repuesta todavía de la cesárea de urgencia que se le practicó cuatro días antes, pero tenía ganas y necesidad de descansar de las incesantes visitas y llamadas que recibió desde el nacimiento de su hijo, un niño prematuro que ha venido al mundo con dos meses de anticipación.
María siempre contaba que le esperaba para San Fermín pero al haberse adelantado el parto, el bebé deberá pasar esos dos meses en la incubadora para ir ganando peso ya que nació con sólo 1.700 gramos. El trasiego de amigos que han pasado a felicitar a la flamante madre ha sido tal, que el miércoles, un amigo que visitaba a María se encontró a la puerta de su habitación con un letrero que decía: "Prohibidas visitas por prescripción facultativa".
Doña Margarita y la infanta Elena han sido una excepción, porque se trata de su madre, aparte de una abuela que había perdido la esperanza de tener nietos, y en cuanto a la infanta, es la prima más cercana a María y su mejor amiga. María Zurita recicló durante años la ropa que iban dejando sus primas, sobre todo trajes de fiesta hechos a medida y caros.
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Los duques de Soria ya están tranquilos después del susto monumental que se llevaron ante ese parto inesperado que se presentó a las cinco de la mañana, cuando María pasaba la noche en las afueras de Madrid, en casa de su amiga Cristina Durán, jefa de protocolo del Ministerio de Justicia. La templanza y serenidad de Cristina, que llamó inmediatamente a la ginecóloga a pesar de la hora, y además la encontró, fueron fundamentales para controlar la situación y que el niño pudiera venir al mundo. María llamará Carlos a su hijo, el nombre de su padre, el doctor Carlos Zurita, hoy el abuelo más feliz del mundo. El Rey don Juan Carlos, tío abuelo del nilo, será el padrino. Fue a primeros de noviembre cuando supimos que la hija de los duques de Soria se había quedado embarazada por inseminación artificial.