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Cristina Cifuentes: así es la ex presidenta de la Comunidad de Madrid más allá de los escándalos
Informalia
Primero fue el máster fraudulento y este miércoles ha sido el vídeo robando cremas anti-edad en un híper, grabado hace siete años, lo que ha arrastrado a Cifu la ladrona al abismo definitivo y a anunciar su dimisión. "La cabeza de caballo" que ha saltado desde "las cloacas" tras denunciar la Ciudad de la Justicia ha sido la gota de agua que ha colmado el vaso pero la propia presidenta decía en la rueda de prensa de su despedida que se iba a marchar después del 2 de mayo, fiesta de la Comunidad.
Pero, ¿cómo es Cifuentes? Una de sus señas de identidad es su coleta, aunque a veces se ha soltado el pelo, literal y metafóricamente, y ha dejado al descubierto su faceta mas familiar e íntima. Desde que llegó a la presidencia de Madrid, Cristina Cifuentes (54) ha demostrado ser una mujer de fuertes convicciones e ideas que defiende no solo en el terreno político, sino también en lo personal.
De madre asturiana, Cifuentes nació en Madrid, ciudad de la que está totalmente enamorada. Sin embargo, las raíces gallegas de su padre han hecho que tenga un vínculo especial con esta tierra. Tiene dos hermanos y cinco hermanas y adora pasar las vacaciones con ellos en la casa familiar que poseen en un pueblo de Segovia. Siempre ha tenido un vínculo muy especial con su padre, por lo que su fallecimiento el pasado 2015 fue un duro golpe para ella.
Uno de los momentos más importantes de su vida fue el grave accidente que sufrió mientras viajaba en moto y que casi le cuesta la vida. Llegó a estar varios días en coma y su cuello aún guarda la señal de su traqueotomía: "Trece fracturas, una vértebra aplastada, el pulmón derecho machacado y el corazón traumatizado. No podía hablar, ni moverme. Fue terrible", confesó en otra ocasión. Sin embargo, por suerte logró recuperarse y todo quedó en un mal recuerdo. Eso sí, ya no coge la moto, tan solo la bicicleta, por lo que es habitual verla pedaleando por las calles de Madrid.
Cifuentes está casada y tiene dos hijos: Cristina y Javier. Su marido, Francisco Javier Aguilar Viyuela es arquitecto y poco más se sabe sobre su vida. Una de las peculiaridades que más ha llamado la atención es que los cuatros residen juntos en un piso alquilado en el centro de Madrid.
Sin embargo, lo que más destaca de ella es el contraste entre sus ideas políticas y religiosas. Pese a que la presidenta defiende los ideales del PP, también deja claro que es una mujer republicana, agnóstica y liberal. No cree en la monarquía ni en todo aquello que no se pueda probar. Además, es firme defensora del colectivo LGTBI.
Le encantan los tatuajes, con los que ha querido impregnar en su piel los momentos más trascendentales. Tiene un total de cinco: una letra chica bao en la muñeca derecha, que significa proteger, una rosa en el cuello, una estrella y un sol en los tobillos, y un dibujo tribal en la rabadilla. Unos símbolos de los que está muy orgullosa y que luce siempre que puede.
Cristina Cifuentes, además, es una gran amante de los animales. De hecho, aprovecha el cargo que ostenta para ayudar y proteger el bienestar y cuidado de los animales apoyando acciones movimientos animalistas. Cabe señalar, que en su casa cuenta con dos mascotas, Cleo y Oli, dos gatos de los que está completamente enamorada.
Según ha confesado, lograba mantener la misma talla de ropa desde hace años, lo cual le viene muy bien para aprovechar la ropa de otros años. Sin embargo, tras el estallido del escándalo del Máster, ha adelgazado diez kilos. Marcas españolas como como Zara, Adolfo Domínguez o Mango, entre otras, llenan sus armarios.
Otra de sus peculiaridades es que detesta cocinar. Tal y como reconoce, quizás no le puso empeño porque nunca tuvo que hacerlo. Uno de los ingredientes que más odia es la cebolla, y su plato preferido son los huevos rotos con jamón. En cuanto a sus bebidas preferidas, le encanta brindar con vino blanco o cerveza y adora ir de cañas por los bares típicos de Madrid. Quizás ahora tenga tiempo para aprender a cocinar o dedicarse a otras cosas.