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Ivonne Reyes escribe una especial carta a su hijo antes de su despixelado
Informalia
Este martes, Alejandro, hijo de Ivonne Reyes (50) y cuya paternidad se le ha atribuido a Pepe Navarro, cumple la mayoría de edad. Antes de lanzarse a la esfera mediática, su madre le ha dedicado una bonita carta en su página web personal en la que le agradece la experiencia de ser madre.
"Gracias hijo por permitirme transitar esta experiencia como mujer y como persona", dice Ivonne Reyes en la epístola que le ha escrito al joven y en la que repasa algunos momentos de su vida junto a él. Bajo el título "madres sin manual", la venezolana intercala sus palabras con algunas fotos acompañada del adolescente, que serán despixeladas en tan solo unas horas.
La vida de Alejandro ha estado marcada por la batalla judicial que han mantenido su madre y Pepe Navarro por su paternidad. El periodista continúa luchando por demostrar que no es el padre del joven pero, eso sí, sigue pagando los 800 euros al mes que determinó la justicia.
Sea como fuere, lo cierto es que este martes se podrán ver las primeras imágenes de Alejandro y, por supuesto, se analizarán al detalle los parecidos entre éste y Navarro que, por cierto, parecen escasos. Pero antes del terremoto mediático que se aproxima, Ivonne ha aprovechado para compartir su amor por el adolescente con sus seguidores.
Carta íntegra de Ivonne
Poder tener la suerte de compartir con nuestros hijos desde la convivencia, paciencia y amor, más que suerte es una bendición. Ser madre es vivir en una montaña rusa de emociones, y los niños no vienen con un manual de uso… ¡Vaya lío!
No obstante, la vida te va brindando herramientas cada día, libros, amigos, la familia, a todos los que ya han pasado por el torbellino amoroso de ver crecer a sus hijos. Para mi, lo más importante es que vas creando una nueva escala de valores. Todo va tan deprisa que al principio usas lo que te han enseñado, pero pronto ves que se te queda obsoleto. Necesitas renovarte y los consejos de los demás sirven solo como una base general. Así que te preparas para arriesgarte y confiar en tu instinto.
Muchas veces como madres no sabemos cuál es la solución, pero siempre esta ese silencio interior que te brinda todas las respuestas. Dejarte fluir, es dejarte llevar por ese instinto maternal que nace de ti, que es genuino y que te puedo asegurar, que cuando confías aparecen nuestros propios códigos con los que conectar con nuestros hijos, contigo misma, y con el mundo.
El día a día se va alimentando de los detalles que tienes para compartir, por ejemplo la afición por el deporte, esas pelis los fines de semana con el fast food (comidas rápidas) preferido por ellos y por ti. Hacer las fiestas de cumpleaños disfrutando tanto como puedas, lecturas de libros que según tu criterio le dejan un pequeño aporte en su camino o acompañándoles a estudiar y un largo etcétera. Uno de los errores que solemos cometer sin darnos cuenta, es la sobreprotección. ¿Que madre no desea proteger a su hijo, meterlo en una burbuja de cristal y nada ni nadie le toque? (bueno esta frase es un poco exagerada, pero ¿me captas la idea?) Creyendo protegerles, le pasamos nuestros miedos y nuestras inseguridades...
"Déjame respirar y hablamos en un rato" ¡ommm ! (dedo pulgar e índice juntos por favor, formando un mudra para tranquilizarse) Esta frase la decimos mucho las madres, pero también ellos y ellas cuando se ven agobiados por nuestro buen hacer sobreprotector. Respirar, calmarnos, recordar los buenos momentos y volver a comenzar. Eso si, lo que creo que funciona muy bien es la negociación. A veces no es tan rápida, pero algo bueno siempre se obtienes. Estar siempre presente para, sin agobiar, despejar ese camino que quieren tomar.
La hermosa aventura de ser madre, un camino intenso, un máster continuo, aplicando reglas, amor, paciencia, risas, mucho hogar, abrazos y besos… silencios. Y siempre, siempre, recordarnos y recordarles la suerte que la mejor y gran herencia que tenemos es… la familia. Que jamás pierdan esos valores, que nosotras recordemos y demos un paseo por nuestro árbol genealógico, que continuemos por muchos años y con conciencia, ejerciendo el mejor rol de nuestras vidas…ser Madre.