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Borbón, Domecq y Segrelles, apellidos salpicados por el 'Madoff' catalán
Informalia
Se trata de la rama madrileña de la estafa piramidal de Mas Samora, a quien los Mossos denominan el Madoff catalán. Éste contactó con los constructores San Martín, quienes a su vez introdujeron o propusieron el negocio entre sus conocidos con capital para invertir.
La trama urdida desde Barcelona por Mas Samora, consistiría en la compra de espacios publicitarios para revenderlos pasado un tiempo, cuando su precio se hubiera revalorizado. La rentabilidades que prometía eran brutales, con pagos cuatrimestrales.
Pero en realidad las compras de esos espacios eran falsas. Al parecer, según explica ECD, Mas Samora pagaba al cliente más antiguo con el dinero que aportaban los inversores que iban llegando al negocio. Pero en mayo dejaron de entrar aportaciones y, ante el hundimiento de la pirámide, Mas se entregó a los Mossos auto inculpándose de la estafa.
Algunos de los afectados se han querellado ya contra Caná Cuatro. Por el momento, la investigación la dirige el juzgado de Barcelona, pero la titular, junto con la Fiscalía, ha dictado un auto de inhibición a favor de la Audiencia Nacional, dado el alcance geográfico de la estafa y la cantidad de dinero defraudado. Aunque varios recursos han sido recurridos, fuentes cercanas al caso citadas por ECD aseguran que la Audiencia de Barcelona ha dado el visto bueno de manera informal al traslado del sumario.
Entre los afectados, figuran apellidos muy conocidos, de acuerdo con el escrito remitido al juzgado de Instrucción número 31 de Barcelona, difundido por El Confidencial Digital.
El documento es una copia del remitido al juez por la familia de constructores San Martín, también implicada, y contra quienes se han querellado varios clientes por introducirles en la pirámide presuntamente fraudulenta. Se trata de una lista de personas que metieron dinero en el negocio: 300 particulares y casi 40 empresas, que aportaron a los dueños de la constructora cantidades que van desde los 20.000 euros hasta varios millones, para invertirlos supuestamente en espacios publicitarios.
Anna Alessandra Marone Cinzano de Borbón, pariente de la Familia Real invirtió 40.000 euros, un miembro de la familia Domecq, Michael Domecq Cook, aportó 350.000 euros, y la directora del Club Siglo XXI, Paloma Segrelles, 945.000, de acuerdo con la información publicada en el citado medio. Segrelles invirtió tanto a título personal como a través de dos empresas que figuran a su nombre y el de su madre, Paloma de Arenaza: Hidirelma Consulting, consultora empresarial; y de Hilerdiril, dedicada a la compraventa de productos de belleza. Mercedes Royo-Villanova figura con una aportación de 100.000 euros, igual que la catalana Janine Pericot. Luis Masaveu aportó 50.000 euros y Santiago Escrivá de Romaní, 200.000 euros. También figuran varios Morenés.
Entre las empresas afectadas, se encuentran Carbónica Navarra, de la que es consejera Pilar San Martín y que invirtió 200.000 euros, y varias agencias de publicidad y relaciones públicas, como Followup, dirigida por Carlos Lachiondo, que aportó 100.000 euros, o Alarcón y Harris, que se dejó 170.000 euros en el negocio.También aparece la asesoría financiera Alamir, propiedad de las ex directoras generales de Nomura y Credit Suisse en España, Miriam González-Amezqueta y Almudena Sainz de la Cuesta, respectivamente. Asimismo, se encuentra la fundación Paulino Porras y Doménech, de cuyo patronato es miembro Javier Almajano y que invirtió 300.000 euros, y una clínica de pediatría situada en la urbanización madrileña de La Moraleja, que aportó 200.000 euros.