El fundador de Ikea destina su herencia a la caridad y deja a sus hijos en la estacada
Informalia
El magnate sueco Ingvar Kamprad, fallecido el pasado 27 de enero, estipuló en su testamento que su fortuna de 65.000 millones de euros sea gestionada por la fundación que controla sus empresas y destinada íntegramente a obras benéficas. Toda una sorpresa para sus cuatro hijos, que sólo recibirán una pequeña parte del legado de su padre.
El pasado 29 de enero, Ingvar Kamprad murió a los 91 años víctima de una neumonía, dejando una fortuna de 65.000 millones de euros según Forbes. Todo indicaba que esta herencia sería para sus cuatro hijos, tres biológicos y una adoptada, pero estos sólo recibirán una pequeña parte de su legado, ya que la mayor parte de su riqueza será para la Fundación Stichting Ingka, que se encargará de invertirlo en causas benéficas, tal y como él ha estipulado en su testamento.
Las tiendas Ikea, gestionadas por la compañía de Liechtenstein Interogo, son propiedad de esta fundación, una entidad holandesa que tiene el objetivo de donar a obras de caridad y "apoyar la innovación" en el diseño, de acuerdo con sus estatutos de creación. A ella pertenecen también el resto de negocios familiares, agrupados todos bajo el nombre de Ikano Group.
A pesar de todo, varios medios locales aseguran que los tres hijos biológicos de Kamprad (Annika fue adoptada en su primer matrimonio) seguirán teniendo influencia dentro de la compañía: "El poder está asegurado", afirmó el diario Dagens Industri. Además, no descartan que los hermanos traten de tomar el control de la firma recurriendo a los tribunales, una medida que ya llevaron a cabo en 2013, cuando según el libro Ikea, en marcha hacia el futuro, demandaron a su padre por entregar gran parte de su imperio a fundaciones benéficas y obviar sus derechos sobre la fortuna.