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Nicolás Sarkozy se reconcilia con su padre después de años de distanciamiento

  • Abandonó a su madre

Sara Tejada

En los últimos cinco años, Nicolás Sarkozy apenas ha mantenido relaciones con su padre, Pal Sarkozy, aristócrata de origen húngaro y afincado en Francia, después de escapar a caballo de las tropas comunistas que estaban a punto de ocupar el castillo familiar.

Pal Sarkozy se hizo un nombre en París como publicista pero en los últimos años de su vida laboral acabó dedicándose a la pintura. La elección de su hijo Nicolás como presidente de Francia le ayudó bastante a vender sus obras, no muy apreciadas por la crítica, por otra parte.

Nicolás Sarkozy nunca olvidó que su padre abandonó a su madre y la casa familiar cuando el ex presidente de la república sólo tenía cuatro años. Andrée Mallah tuvo que trabajar duramente para sacar adelante a sus tres hijos y Nicolás nunca olvidó los sacrificios y los esfuerzos de esa madre coraje. Así lo recordaba públicamente el ex presidente francés el pasado 19 de diciembre, en el funeral celebrado por su madre en París, fallecida a los 93 años.

Carla Bruni, de luto riguroso, y la hija del matrimonio, la pequeña Giulia Sarkozy, de cinco años, acompañaron al ex presidente y al resto de los hijos, incluso asistieron los que después nacieron de los siguientes tres matrimonios de Pal Sarkozy.

Mientras Nicolás ocupó el palacio del Eliseo, Pal Sarkozy intentó acercarse a su hijo y consiguió romper el hielo de tantos años de distanciamiento. Pero Pal hablaba públicamente más de la cuenta de las intimidades de Nicolás y Carla Bruni, y cuando contó a la prensa que el presidente y su esposa esperaban una niña, las relaciones entre padre e hijo volvieron a ser gélidas.

Pero este otoño, mientras su madre estaba internada en una clínica de París, Pal Sarkozy, de 90 años, ingresaba también en un centro hospitalario para ser operado. Y el ex presidente consideró que debía visitarle. Seguramente temió quedarse sin padre y sin madre al mismo tiempo y que era el momento de perdonar. Pal Sarkozy superó la intervención y pasó parte de la Navidad con su esposa Inés poniendo orden en la casa que tiene el matrimonio en Ibiza, aunque ya no hicieron la vida social que acostumbraban y él no pisó la calle.