De copas con Silvia Charro y Simón Pérez: "Lo pasamos genial y todos quieren selfies con nosotros"
- Más allá del vídeo de 'hipoteca a tipo fijo'
Informalia
Su vídeo se hizo viral: dos expertos hablaban de la hipoteca a tipo fijo en un estado sospechoso. Ambos han sido despedidos de sus trabajos pero desde que son famosos recorren platós de televisión (cobrando en algunos casos). Silvia Charro y Simón Pérez son matrimonio, están llenos de sorpresas y no se arrepienten de nada. El mismo viernes, cuando el vídeo estaba ya en todos los grupos de WhatsApp de España, fueron vistos de copas en Pozuelo, al noroeste de Madrid. "Genial lo pasamos muy bien", reconoce Silvia Charro. "Antes no teníamos amigos, y ahora todo el mundo quiere hacerse selfies con nosotros", dice ella. "Parece que llevamos donetes en la maleta", bromea.
Pocos de los que hayan visto las imágenes olvidarán los movimientos de ella, tan eléctricos y compulsivos que generaron suspicacias. Sus ojos parecían a punto de salir de sus órbitas. Y la manera de expresarse era sospechosa. Silvia se convirtió en el centro de todas las miradas, que fueron muchas. Tanto a ella como a su marido y compañero de escena los internautas comenzaron a ponerles copas en la mano, y ha meterles en infinidad de memes que han puesto de manifiesto el ingenio de muchos pero también la crueldad de algunos. Hasta se generó una petición para que fueran los encargados de las campanadas.
Desde entonces, la experta inmobiliaria ha tenido que soportar comentarios insinuando que había consumido sustancias estupefacientes. Su marido profesor y ella fueron despedidos de manera fulminante de sus respectivos empleos y Silvia decidió entonces tomar lo que algunos han calificado como una huida hacia adelante y grabó otro vídeo. Ella resume así lo que ha vivido: "Me han definido como 'va to puesta". Sin embargo, Silvia agradece haber contado con un público "tan fiel y majo". Silvia justifica el asunto como "una estrategia para dar publicidad". Por supuesto, el vídeo llegó a familiares y amigos."Le he contado la verdad a mi madre", reconoce ella. "Al principio lo pasamos mal, más que nada por la familia, el tema de que fuera viral no nos lo esperábamos. Queríamos causar un poco de polémica", relataba en distintas cadenas la protagonista. "Se nos fue de las manos", relataba su marido. "No vimos el vídeo antes de que se subiera y la primera vez que lo vimos estaba por Alemania, México", se justificaba. "Me bebí una coca cola y me fui a grabar", cuenta Silvia.
Su marido desgrana la trastienda de la famosa grabación: "Silvia nunca había hablado en público. El que aprobaba el vídeo dijo: 'Esto es aburrido, grabad otra vez'. Y ella venía de la cena, digo comida, de trabajo, disculpa, y le dijo el chico: 'Saca pecho, levanta la barbilla y habla fuerte como si te tiraran del bolso en un callejón", contaba Simón Pérez.
Sobre el asunto de su despido, Silvia aclara su situación laboral: "No me lo han comunicado oficialmente. Llevaba tres meses ahí (en Engel and Völkers) y yo ni siquiera sabía que el vídeo estaba subido a la red. Me dijeron: '¿Qué has hecho? Se te va la olla". Por su parte, Simón, su marido no se arrepiente: "En las redes nos ponen a parir, pero en Linkedin, cada siete contactos que recibo, uno me ofrece una colaboración o trabajo con nómina. ¿Arrepentido qué significa? Yo lo volvería a hacer", afirma con rotundidad.
"El no se mete nada", asegura su mujer. "Pero, ¿qué pasa? ¿Que me meto todos los días? Tanto dinero no tengo o sí, o no tengo tanta salud no sé", reflexiona Simón, de 34 años, en voz alta.
Silvia recuerda que se hicieron tres tomas del famoso vídeo y aprovecha para decir que no busca trabajo y que tiene una empresa. Asegura que lo de la inmobiliaria "era como negocio complementario".