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El funeral por el tercer aniversario de la duquesa de Alba en Sevilla escenifica la fractura familiar

  • Eugenia, Alfonso y Jacobo no asistieron

Sara Tejada

Ni estuvo el todo Sevilla ni asistieron todos sus hijos. El tercer aniversario de la muerte de la duquesa de Alba, celebrado este lunes en la iglesia de Los Gitanos en Sevilla no contó ni con la concurrencia ni con la brillantez que se podría esperar.

Tanto Eugenia como sus hermanos mayores, Alfonso y Jacobo, faltaron a la cita que era algo más que un funeral, ya que se inauguraba la escultura firmada por el artista Joaquín Navarro Arteaga, que acompaña desde ahora la lápida de la duquesa en la cripta. La ausencia de los tres hijos que no acudieron a Sevilla escenificó la fractura familiar.

Allí tampoco estaban las aristócratas amigas de Cayetana que organizaban con ella el Rastrillo sevillano. Y sólo destacaron tres o cuatro amigas de verdad, como Carmen Tello (con Curro Romero), Pepita Saltillo, Marta Talegón o los diseñadores Vitorio y Luchino. En la iglesia donde reposan las cenizas de la duquesa había sólo tres cuartos de entrada, por citar una frase taurina y hacerle un homenaje a la afición de la aristócrata fallecida en 2014. Los primeros bancos, estaban ocupados por la familia y amigos, las últimas filas por sevillanos de a pie.

Como gente educada en las buenas maneras, nadie entre los Alba puso de manifiesto las tensiones que existen entre unos y otros. Cayetano mantiene desde la muerte de su madre una fría y casi inexistente relación con Carlos, su hermano mayor el duque actual. Jacobo, el hijo intelectual y editor, no tiene apenas trato con Cayetano, que fue el promotor de este proyecto de mejorar con una escultura la lápida donde yacen las cenizas de su madre.

Cuando Cayetano propuso a sus hermanos pagar entre todos la obra de arte, ni Jacobo ni Alfonso, duque de Aliaga, ni tampoco Eugenia, estuvieron de acuerdo. Ésa fue la razón de que el monumento se pagara entre la Cofradía de Los Gitanos y las donaciones de bancos y empresas como la Caja Rural, La Caixa, CajaSol, la Asociación de Enganches, las marcas Morera y Vallejo Azvi, la revista Hola y Porcelanosa, cuyo presidente Manuel Colonques asistió al acto de Sevilla. Las aportaciones de cada uno de ellos no han debido ser muy cuantiosas ya que lo recaudado no ha cubierto por completo el coste de la obra artística.

Carlos y su hijo mayor, llamado también Carlos, Fernando y Cayetano, contaron también con la presencia de Alfonso Díez. Con el viudo se ven sólo en actos puntuales como este funeral, pues apenas tienen trato con el tercer marido de su madre. Alfonso presentaba por cierto, un aspecto muy juvenil (más joven parece que Carlos, el duque de Huelva), se habla de un retoque estético que le ha quitado unos años de encima. 

Cayetano, emocionado hasta el llanto el algunos momentos del acto, contó con el consuelo de su novia Bárbara Mirjan Aliende, que asistieó a la ceremonia en honor de su madre, desmintiendo así con la presencia de la joven en un acto tan familiar que haya crisis entre ellos. En algún plató se ha hablado estos días de unas fotos del jinete cenando en Madrid con una mujer que no era su novia a las que por lo visto Cayetano no les ha dado importancia.