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Marta Raspall, la 'viuda' que acompañó a José Manuel Maza hasta el final
- La pareja del fiscal fallecido está devastada
Informalia
Marta Raspall estaba muy enamorada de José Manuel Maza. Decidió acudir con él a la XXV Asamblea General Ordinaria de Ministerios Públicos en Buenos Aires. Gracias a que pudo viajar, tuvo la oportunidad de despedirse y de estar a su lado en los últimos instantes de su vida.
Empresaria catalana, de 49 años, conoció hace tres a José Manuel. No estaban casados pero vivían juntos en Segovia, la tierra del jurista. Maza y ella no se habían trasladado a vivir a Madrid porque el fiscal general era un apasionado de la tierra de su familia pero también para poder atender al padre del jurista, de 90 años, que reside allí. El fiscal y su ex mujer, la madre de su único hijo, se divorciaron hace año y medio. Se habían separado de hecho hace más de diez años. Su ex ejerce como magistrada de lo Contencioso en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. José Maza, único hijo del que fuera Fiscal General, también es profesional del Derecho. Marta mantiene muy buena relación con el joven abogado y juntos se les ha visto en la capital argentina en estos durísimos momentos.
Marta se encuentra devastada por el fallecimiento. Estaba muy enamorada, según publica Vanity Fair. A ella le preocupaba desde hace tiempo la salud de José Manuel, que a sus 66 años mantenía un ritmo de trabajo muy exigente debido, sobre todo últimamente, a la crisis en Cataluña, un asunto que el fiscal llevaba personalmente. Sin embargo, nada hacía pensar que su muerte estuviera tan cercana.
Marta fue directora comercial de Ifema, y actualmente participaba en la organización de foros internacionales: es asesora de Greencites, el Foro de Inteligencia Aplicada a la Sostenibilidad Urbana. Aquí la vemos en una foto colgada en el la cuenta de Twitter de este foro hace un tiempo. Además, dirige Trasfiere, el Foro Europeo para la Ciencia, Tecnología e Innovación.
Maza y su pareja aterrizaron en Buenos Aires el lunes 13 de noviembre y al día siguiente él ya no se encontraba bien. José Manuel había tenido fiebre pero aun así fue a Montevideo. Se entrevistó con su homólogo uruguayo y, como estaba previsto, almorzó con el embajador. "No tenía buen aspecto", aseguran desde el entorno del fiscal fallecido. La situación no mejoró y el miércoles fue Marta quien tomó la decisión de ponerse en contacto con un médico de la Clínica Bazterrica al que había tenido la oportunidad de conocer en febrero en España, durante la visita del presidente argentino Mauricio Macri y su esposa. Sin embargo, José Manuel se negó a ir y mantuvo su agenda.
Maza tenía una entrevista prevista con el ministro de Justicia argentino, Germán Garavano, pero la cita se anuló porque el fiscal "no podía con su cuerpo", de acuerdo con el relato de una persona cercana. Ya en la Clínica Bazterrica la pareja del fiscal fue advertida de la gravedad de la infección que padecía su pareja. Aun así, se produjo una leve mejoría y Marta Raspall hasta sopesó entonces la posibilidad de trasladarle a España. Pero enseguida, y dada la gravedad de su estado, se descartó esa opción.
Fue a mediodía del sábado cuando Marta bajó a la cafetería de la clínica privada situada en el barrio de Palermo, uno de los mejores de la capital argentina, y los médicos le comunicaron que la infección que le había atacado el riñón se había generalizado y había degenerado en una septicemia que acabaría con su vida sin remedio. Le dijeron que debía despedirse para siempre de José Manuel, y que no volvería a recobrar el conocimiento. Entonces subió a la habitación acompañada de personal de la Embajada y le dio su último adiós. Eran las 15.50 en Buenos Aires cuando se produjo la defunción. Este martes, sobre las 6 de la mañana, hora peninsular, está previsto que lleguen a España los restos mortales del que fuera Fiscal General del Estado, en un vuelo regular de Air Europa.