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Los Boyer son una familia rota: los hermanos de Ana que no irán a su boda con Verdasco

  • Miguel y Laura, los otros hijos del ex ministro

Sara Tejada

Cuando falta sólo un mes para la boda de Ana Boyer y Fernando Verdasco, la fractura familiar de la hija menor de Isabel Preysler y sus hermanos Miguel y Laura Boyer Arnedo se pone de nuevo en evidencia. Los hijos mayores de Miguel Boyer, nacidos de su primer matrimonio con la doctora Elena Arnedo no están invitados a la boda su hermana Ana Boyer Preysler.

El reparto de la herencia de su padre significó el punto final de una relación que se fue deteriorando a lo largo de los años y que probablemente sea irrecuperable. "Nunca les han invitado a las otras bodas de los hijos de Isabel", cuenta alguien de la familia Boyer. "Y eso que cuando se casó Chábeli con Ricardo Bofill se trataban mucho más y podían haber estado allí, pero no fue el caso. Ahora las relaciones son inexistentes".

El ictus que sufrió el ex ministro socialista en febrero de 2012 todavía hizo coincidir alguna vez en la UVI de la clínica Ruber a sus tres hijos, pero de pasada. Y en setiembre de 2014, todos ellos dieron en el cementerio de La Almudena la imagen de una familia que lamentaba unida la pérdida de un ser querido.

Pero cuando Christian Boyer, nombrado por su hermano albacea partidor de su herencia, hizo las cuentas de lo que le correspondía a la viuda y a los tres hijos, las diferencias entre Isabel Preysler y Ana por una parte, y Laura y Miguel por otra, se hicieron insalvables. Miguel y Laura Boyer consideraron que merecían algo más que unos cuantos libros de la biblioteca de su padre y dos automóviles usados con muchos kilómetros a cuestas. Y por su parte, parece que Isabel Preysler había pagado y adelantado gastos muy costosos de la recuperación de su marido, que había que descontar de la escasa liquidez que dejaba Miguel Boyer en sus cuentas corrientes después de más de dos años incapacitado para trabajar.

La última vez que Ana, Miguel y Laura se han visto fue hace pocos meses en un despacho, para finalizar los trámites del legado de su padre. Un encuentro tenso y frío que probablemente nunca volverá a repetirse.