Mª Teresa Fernández de la Vega: "He visto el sexismo en los cargos de poder"

A sus 68 años Se autocalifica como "claramente feminista" y sabe de qué habla porque lleva toda la vida moviéndose entre hombres, primero como jueza y después en la política, como Secretaria de Estado de Justicia en el ejecutivo de Felipe González y como vicepresidenta con Zapatero. Ahora sigue echando de menos a las mujeres: "En la Comisión Permanente del Consejo de Estado somos ocho hombres y yo". Cree que falta mucho por hacer en la lucha por la igualdad de géneros pero reconoce que antes era peor: "Mi generación tuvo que pedir permiso al marido o al padre hasta para tener una cuenta bancaria", recuerda.

Cuando le preguntan en Divinity si no se presenta a las próximas elecciones contesta que no pero luego dice que "nunca se sabe". Fernández d¡e la Vega es seria y rigurosa, pero tiene sentido del humor. Eso no significa que sea frívola. Prefiere hablar de la fundación que ha puesto en pie desde cero, Mujeres por África. 

Al hilo de la ola de denuncias por acoso que se suceden tras el escándalo Weinstein, aporta su testimonio sin pelos en la lengua: "He visto el sexismo en los cargos de poder y a veces se me ha aproximado, pero lo he evitado. Lo he sufrido poco porque he tenido una actitud permanente de alerta", dice la ex vicepresidenta. 

Sobre la polémica que se formó hace años en torno a su aspecto físico, cuando se publicó que había acudido a un cirujano para hacerse unos retoques, tampoco se guarda su opinión: "Fue una actitud totalmente patriarcal y machista. Primero porque no era así y segundo porque ¿es que no puedes tener mejor cara después de haber descansado?", se pregunta. "Cuando presenté mi Fundación para ayudar a las mujeres de África no se hablaba del proyecto sino de si me había operado o no. Y salieron incluso cirujanos diciendo que habían sido ellos, se lamenta De la Vega.". También contesta a quienes valoran su estilo de moda: "Me parece fenomenal que cada uno se vista como quiera, pero si algo no se puede decir de mí es que soy una persona frívola y, sin embargo, ha habido una frivolización permanente de mi persona. Era muy cansado y muy desagradable. Insisto, eso no se lo hacen a los hombres".