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¿Por qué nos atrae la lencería? El negocio de la seducción

  • Una industria en auge

Informalia

Poca gente discute la importancia de la ropa interior hoy en día en la moda, apartado que ha ido evolucionando de las prendas incomodas y nada sexys de hace décadas a la actualidad, donde se conjugan la elegancia y la funcionalidad. El corsé cumplía una función estética porque realzaba las curvas la mujer y estilizaba su figura. Sin embargo, llevarlo sometía a la desafortunada a tal suplicio que perjudicaba su salud impidiéndole incluso respirar adecuadamente.

Por suerte, nuestras antecesoras se rebelaron ante la tiranía que las oprimía y nos quitaron el trabajo. Gabrielle Bonheur, más conocida como Coco Chanel, liberó al género femenino de esta prenda y abrió las puertas a la lencería moderna.

En la época dorada de Hollywood (las décadas de los 40 y 50), el concepto de mujer y erotismo cambió con la aparición de los sujetadores en forma de cono, primer símbolo de deseo en la lencería. Marilyn Monroe con aquel invento fue una de sus grandes valedoras. Las mujeres ya no tenían que avergonzarse por querer sentirse sexys. Era el inicio de la libertad y de una nueva era en los conceptos de belleza.

Ya en los 80, la lencería pasó a formar parte de la gran industria de la moda, gracias a diseñadores como Vivienne Westwood, Alexander McQueen o Jean Paul Gaultier, que hicieron que el sujetador dejase de ser funcional, es decir, que no solo sirviese de apoyo y elevación de los pechos, sino que fuese una prenda decorativa y visible al exterior. El boom de la lencería es relativamente reciente si lo enmarcamos en la Historia con mayúscula. Desde los años 90 puede decirse que hay tal competencia y tal oferta que las bragas y los sujetadores constituyen por si mismos una industria potente y diferenciada.

Tangas, los culottes, combinaciones, braguitas y demás caprichos ya no son simple ropa interior: se ha potenciado su diseño, y ha pasado a ser una auténtica prenda de deseo. Los desfiles de Victoria's Secret nos proporcionan la imagen más representativa: es la seducción convertida en arte, en deseo, en industria: es el negocio de la seducción.

El Victoria&Albert Museum de Londres, auténtico templo de la moda como arte y como reflejo de la sociedad, exhibió hasta el pasado mes de marzo una muestra dedicada a la materia. Undresses: A brief History of Underwear analizaba el papel de la ropa interior femenina en el mundo de la moda a través de un recorrido que exhibía hasta 140 modelos, fotografías, películas y anuncios.

Dicen que la importancia de una determinada prenda de ropa interior define nuestro estado de ánimo, la percepción que tenemos de nosotras mismas y hasta toda nuestra autoestima. Es tan sencillo como obvio: el conjunto de ropa interior que elegimos no es el mismo para ir a trabajar, para quedar con amigas o para una cita con tu pareja.