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Celia Fuentes: la desgarradora carta de despedida de su amigo especial
Informalia
El pasado martes, la 'it girl' se quitó la vida a los 27 años de edad. Los problemas emocionales que arrastraba, unidos a un desengaño amoroso reciente, formaron el explosivo cóctel que le llevó a acabar con su vida. Días después de su fallecimiento, su amigo Eduardo Segarra se despide de ella mediante una carta que publicamos íntegra en Informalia.
En la misma, el joven expresa el gran dolor que siente tras haber perdido a su "hermana" y desea que sea feliz allá dónde esté. Ambos estaban muy unidos y su relación parecía irrompible. Con estas palabras, Eduardo da el último adiós a Celia Fuentes, que alcanzó la fama tras su participación en Quiero Ser, el programa que Sara Carbonero presentaba en Divinity.
Desde entonces, la influencer se convirtió en un rostro muy seguido en Instagram, donde tenía casi 300.000 seguidores. Allí publicaba a menudo imágenes presumiendo de figura y dando muestras de su gran belleza. Era en la red social donde proyectaba una felicidad que no era tal en la vida real.
Hace poco más de un mes, la joven se llevó una gran desilusión amorosa. El chico que le gustaba, llamado Alejandro Lillo, no correspondió los fuertes sentimientos que ella sentía por él. Este desengaño fue un duro golpe para Celia, quien cayó en una fuerte depresión. Finalmente, el pasado martes acabó con su vida ahorcándose con una sábana. Su padre encontró el cadáver. Nadie pudo despedirse de ella.
Carta íntegra de Eduardo Segarra
"Querida Celia
Hoy te hemos despedido con dolor... Tu madre, tu padre, tu familia, tus amigos, los de verdad, los que realmente te querían. Los que te querían tal y como eras. Siempre fuiste como una hermana para mí.
Quiero que sepas que siempre llevaré conmigo cada momento que hemos vivido, mejores y peores; pero los vivimos y no había nada ni nadie que pudiese parar nuestras locuras y nuestras risas, porque al final siempre hacíamos eso, reírnos.
Es muy duro ir a despedir a una amiga, una hermana. Bueno, en verdad son miles las diferentes situaciones en las que lo hemos sido todo para vacilar a la gente: hermanos, primos, pareja, conocidos... fijo que sigues llorando de la risa de aquella noche en una discoteca de Madrid en la que le dijiste a unas personas en una barra que yo era tu hermano y al rato, en otra barra, ¡le dijiste casualmente y sin darte cuenta a esas mismas personas que era tu primo y te pillaron! ¡Esa noche no podías parar de reír, reconociendo que la liabas más que yo!
Recuerdo el día en que nos conocimos; esa misma noche me conociste con lágrimas en mi cara y hoy te has ido viéndome llorar. Siempre decías "Eduardo estoy empezando a enfadarme, quiero verte o algo malo va a pasar". Hoy le damos la vuelta a la historia; no soy yo el que se enfada pero sí el que siente dolor y rabia por dentro de no haber recibido contestación a mis últimos mensajes. Querías hacer plan de sushi, me escribías y me enviabas notas de voz diciendo que estabas muy liada pero que ya te habías organizado. Me enviaste otra vez el vídeo en mi piscina en el que te tiro de espaldas al agua mandando a hacer puñetas la TV, querías otro igual, tal y como me pediste. Íbamos a ir a cenar, la semana pasada, te di a elegir miércoles o jueves... Quería verte Celia, pero nunca recibí tu respuesta y algo malo sucedió.
Ahora lo único que te pido es que sigas liándola desde ahí arriba y que sigas riéndote de la misma manera en que lo hacíamos juntos.
Te quiero.
Tu hermano Edu".