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Tita Cervera prefiere a su sobrino Guillermo como tutor de las niñas en lugar de su hijo Borja

  • La baronesa tiene 74 años

Sara Tejada

La baronesa Thyssen le da al Ministerio de Cultura un último plazo para llegar a un acuerdo sobre el futuro de su colección privada, que lleva años prestando de forma gratuita al gobierno español. Este plazo finaliza el próximo diciembre. Pero para Carmen Cervera, lo importante es el futuro de sus hijas de 11 años, para quienes tiene pensado un tutor si ella algún día falta.

A ella le gustaría que los cuadros, en su mayoría de pintores españoles de finales del siglo XIX y XX, se quedaran en España pero a cambio exige recibir una renta o que se los compren, y una condición importante: que entren y salgan de España para exposiciones en el extranjero, cosa que haría que la colección fuera muy rentable.

Hay quien piensa que en ese acuerdo Tita estaría dispuesta a ceder parte de sus pretensiones a cambio de cierta benevolencia judicial para su hijo Borja, al que la Fiscalía pide dos años de prisión y multa de 1,2 millones de euros por fraude fiscal. Pero en medios jurídicos se afirma que este acuerdo es imposible, ya que el tema ha llegado demasiado lejos y el juicio se podría celebrar este mismo año o a principios del próximo. La baronesa está muy preocupada por el procesamiento de Borja pero sabe que su hijo tiene el futuro asegurado como rico heredero que es y con un patrimonio inmobiliario muy importante. Lo que realmente quiere cerrar cuanto antes Tita Cervera con sus negociaciones con el gobierno español es el futuro económico de sus hijas Carmen y Sabina, que han cumplido 11 años el pasado julio. "Ya tengo una edad", ha confesado Tita, "y quiero dejarlo todo atado y bien atado para que estas niñas vivan tranquilas", dice a sus 74 años la baronsea. "Por otra parte, su futuro afectivo y familiar está asegurado. Mi sobrino Guillermo, que vive en Andorra como nosotras, es encantador, me ayuda muchísimo, adora a las niñas y ellas le quieren mucho. Y tiene una novia encantadora", aclara Tita. Queda así desvelado que el tutor de Carmen y Sabina Thyssen, en caso de faltar su madre, no serían ni su hermano ni Manolo Segura, padre biológico de Borja.

Tita quiere que sus hijas sigan viviendo en el Principado de Andorra, donde tienen una vida muy organizada, muy sana, con deportes, actividades culturales y muchas amigas. Y sobre todo, tranquilidad y seguridad para su adolescenciay juventud. "Aquí no hay botellón", comenta aliviada la baronesa.