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Corinna Larsen: se confirma que la amiga del rey deja de ser 'una princesa'


    Martín Alegre

    Hace unos días, Informalia adelantaba en primicia que Corinna Larsen, amiga íntima del rey Juan Carlos, no podría seguir usando el título de princesa desde el momento en que su ex marido, el príncipe Casimir Sayn- Wittgenstein, contraiga matrimonio con su joven prometida, la modelo Alana Bunte, una boda prevista para 2018.

    La edición española de Vanity Fair contradecía nuestra información, asegurando que en Alemania una mujer divorciada de un aristócrata puede seguir usando el título nobiliario de su ex marido, aunque éste se case y su nueva esposa sea la verdadera princesa.

    El padre del príncipe Casimir, Su Alteza Real Alexander de Sayn-Wittgenstein, ha enviado un comunicado a la redacción en Madrid de Vanity Fair, desmintiendo que Corinna pueda seguir siendo princesa, porque, según el príncipe, su ex nuera, nunca lo ha sido ni ha tenido derecho a serlo. En su desmentido, el príncipe asegura que "de acuerdo con la ley alemana y el código familiar de la casa principesca de Sayn-Wittgenstein-Sayn, desde el divorcio de nuestro hijo, el príncipe Casimir, el 5 de octubre de 2005, la señora Corinna Larsen Adkins no tiene derecho a utilizar el título de princesa o el tratamiento de Su Alteza Serenísima (S.A.S.). Atentamente,Príncipe Alexander de Sayn-Wittgenstein".

    La familia Sayn Wittgenstein nunca vio con buenos ojos el matrimonio del príncipe Casimir con esta señora de origen danés, diez años mayor que él, divorciada de un británico y madre de una hija. Fue una boda que nunca se celebró por la iglesia, como es costumbre entre la alta nobleza alemana. Corinna y el príncipe Casimir tuvieron un hijo, Alexander, que ha cumplido 15 años y al que el rey don Juan Carlos le tomó mucho cariño mientras duró su amistad con la falsa princesa.

    Los Sayn-Wittgenstein consideran que Corinna se ha aprovechado del título para introducirse en la alta sociedad internacional y hacer negocios a costa de un nombre muy respetado entre la nobleza europea. De hecho, Corinna sólo empezó a presentarse como princesa después de divorciarse de Casimir, aunque en su pasaporte siempre figuró como Larsen, su apellido danés de soltera.