Actualidad

Terelu Campos cuenta el suicidio de su padre: "...Y entonces se pegó un tiro"


    Informalia

    Era el comienzo de los años 80 cuando Terelu, con la mayoría de edad recién estrenada, sufrió uno de los episodios que han marcado su vida y que ha incluido en su autobiografía, Frente al espejo (Ediciones B), que presentará el miércoles 12. Su padre era el director de Radio Nacional de España en Marbella y su madre ya era una conocida periodista. La tragedia fue muy comentada. Reconoce que sus padres se había querido al principio de su matrimonio pero que ya no se llevaban bien cuando ocurrió, pero repite que su madre no tuvo ninguna culpa, aunque su padre la dejó "a los pies de los caballos". El desamor ya se había instalado en sus vidas. Terelu Siempre ha preferido recordar la imagen cuando estaba vivo.

    "Yo creo que es un libro fácil de leer", ha dicho la coautora y protagonista de la obra, que describe la biografía como un viaje hacia su interior. "Es bucear un poco en el pasado, en el presente y tener esperanza hacia el futuro", dice Terelu. "Me ha servido para, con el capítulo de mi padre, para descubrir cosas que no había sido capaz de verbalizar. Le hago una reflexión a él", reconoce.

    Dentro de esas memorias que ha escrito al alimón con su amigo Kike Calleja ("porque fue él quien me lo propuso"), hay un capítulo titulado "Mi padre, un gran desconocido (te perdono, papá)". Cuenta la hija de María Teresa Campos que su hermana y ella habían quedado con él antes de que ocurriera lo que ocurrió. "No había ningún sobresalto en nuestras vidas. Mi hermana y yo estábamos en Málaga", relata Terelu, para explicar a continuación que pidió a su hermana pequeña que llamara a su padre para decirle que se iban con él a Marbella."No, esperaros, que no me viene bien. Estoy bastante liado", respondió él, según se puede leer en las memorias.

    José María Borrego Doblas había ido a comer con unos amigos y se marchó a su domicilio. "Ocurrió con premeditación y alevosía: se pegó un tiro. Fenomenal, ¿no? Pero mucha pena por mí, que tenía 18 años, y por mi hermana, que tenía 17. No es fácil convivir con eso. No es sencillo olvidarte de esa gran putada", escribe en primera persona la contertulia de Sálvame. se atreve a recordar cómo ella, su madre y su hermana vivían con miedo a que le pasara algo al cabeza de familia. Asegura todas sentían lo mismo, pero no lo hablaban. ?En silencio, solo con miradas, con algún suspiro entrecortado?.

    "Mi padre tenía la pistola en un maletín. A veces mi hermana y yo veíamos que la cogía y se iba de casa. Y, sin decirnos nada, entre nosotras se palpaba el miedo, el presentimiento de que ocurriera algo terrible". Las dos hermanas se enteraron del trágico desenlace en casa de su tía Lali, que falleció hace dos años.

    El periodista acabó con todo antes de haber cumplido si quiera los 50. No vio las mujeres en las que se convirtieron sus niñas, ni el éxito profesional que les ha acompañado. No conoció a sus nietos. "Hace unos cinco años fue lo que hice: acercarme a su tumba y decirle lo que, tal vez, a él le hubiera gustado escuchar: Bueno, te perdono".

    Su madre les comunicó la noticia. "En ese instante lo odié. Lo odié con toda mi alma. Con toda mi rabia. Y mi dolor. Y mi amor. Porque yo le quería. ¡Muchísimo", exclama. "No podía perdonarle que dejara a mi madre como si fuera culpable de algo. La había puesto a los pies de los caballos. La había señalado delante de sus hijas y de todo lo demás como la responsable de lo sucedido. Mi madre no había hecho nada malo", repite la periodista.

    Terelu prefiere los recuerdos bonitos: "Aquel padre que me llevaba al parque y a tomar el vermut los domingos. Aquel padre que me llamaba guapa y me sacó de paseo una tarde de sol por la Gran Vía de Madrid, relata en las memorias escritas junto a Kike Calleja. "Lloro sin consuelo posible al recordar. Lloro porque nunca nada podrá devolverme aquellos momentos, aquella felicidad. Lloro porque a lo mejor hoy, más que nunca, lo necesito". "Me desgració la vida de la manera más cruel. Tenía cuarenta y ocho años, le quedaban muchas cosas por vivir. Y a mí, junto a él, también". Para ella la única explicación, si es que la hay, es que su padre siempre estuvo enfermo.