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La esposa de Ricky Fuster declara por las amenazas contra la doctora Pinto: "Yo no la llamaba a ella"


    Sara Tejada

    A la segunda fue la vencida. Mónica Sánchez Navarro, esposa de Ricky Fuster, amigo de Felipe de Borbón desde el colegio de Los Rosales, y ella misma, íntima de Javier López Madrid (el compi-yogui de la reina Letizia), acudió este jueves al Juzgado de Instrucción número 39 de Madrid, donde tuvo que explicar las llamadas amenazantes que recibió desde su móvil la dermatóloga Elisa Pinto, a su vez presuntamente acosada por el yerno del magnate Juan Miguel Villar Mir, propietario de OHL.

    La doctora denunció en su día haber recibido una llamada desde el teléfono de la mexicana, cuando escuchó con un inconfundible acento mexicano  estas palabras: "Puta, aléjate de López Madrid, me vale madres llevarte por delante".

    Mónica Sánchez Navarro ya había sido citada por la jueza Belén Sánchez el pasado 6 de junio, al mismo tiempo que el ex comisario José Villarejo y otros personajes presuntamente relacionados con el complicado suceso del apuñalamiento de la dermatóloga y las amenazas sufridas supuestamente por los amigos de López Madrid, sospechoso de acosarla y amedrantarla por medio de terceros.

    Villarejo, que negó en una entrevista en laSexta ser el autor del apuñalamiento, sí acudió al tribunal el 6 de junio, de donde salió señalado como el agresor de Elisa Pinto e imputado, pero la mexicana no compareció ante la jueza y además negó a preguntas del diario El Mundo que hubiera sido llamada a declarar. "Yo no soy la empresaria mexicana de la que hablan, debe ser un error", aseguró al citado medio, a pesar de que el rotativo le demostró que tenían en su poder el documento de citación.

    Pero esta vez, la esposa de Ricky Fuster no ha tenido más remedio que dar la cara y responder a la magistrada y a los abogados de la doctora Pinto. Y parece que ha cometido errores y contradicciones evidentes. Mónica negó haber amenazado a la doctora aunque no tuvo más remedio que aceptar que el móvil desde el que se hizo la llamada era el suyo. "Fue una equivocación. Yo no la llamaba a ella", dijo. Y matizo que "la expresión 'me vale madres' en México no significa amenaza". Justificaba así de algún modo lo que por otra parte estaba negando.

    Eso sí, Navarro reconoció que era "íntima amiga" de Javier López Madrid, con el que llegó a hablar decenas de veces durante el día y la noche por aquellas fechas, como consta en el sumario. Su explicación de por qué tenía el teléfono de la doctora Pinto es digna de ser recogida por los medios: la mexicana aportó un tarjetón de la boutique Chanel de Madrid en el que, manuscrito, con una letra muy normal, inusual en este tipo de firmas de lujo, la invitaban a un evento en la tienda y le pedían que confirmara su asistencia a un teléfono concreto, que casualmente era el móvil de la dermatóloga escrito por quién sabe qué pluma.

    La pregunta es necesaria: ¿y al llamar para confirmar o declinar la invitación, llamó puta a la empleada de Chanel añadiendo 'más vale madres'? Una declaración muy confusa la suya, que según los testigos no la dejó en muy buen lugar.