Actualidad

Cayetano Rivera se sincera: "No heredé nada y tuve que pedir un préstamo de 60.000 euros para ser torero"


    Informalia

    El marido de Eva González ha hablado por primera vez de sus complicados inicios en el mundo del toro, del recuerdo de su madre y de mucho más: "Llamaban a casa cuando éramos pequeños para reírse de la muerte de mi padre".

    Cayetano Rivera (40) ha abierto por primera vez su corazón. Lo ha hecho en el programa Planeta Calleja donde, además de subir a una inexplorada montaña chilena, se sinceró sobre algunos de los temas más complicados de su vida con Jesús Calleja. Entre ellos, sus difíciles inicios como torero, su dura adolescencia o los problemas con la herencia de su padre e Isabel Pantoja.

    "He tenido la suerte de vivir muy bien gracias a mis padres, pero no siempre he tenido dinero. Por circunstancias y gestiones de mi abuelo, no heredé nada. Las fincas lo chupaban todo y no hubo beneficios. Tuve que pedir un crédito de 60.000 euros para ser torero. Me puse un límite de tiempo para tirar para adelante o para atrás", confesó Cayetano.

    Finalmente consiguió su sueño de continuar la saga familiar, aunque a su hermano Francisco no le hizo mucha gracia: "Mi hermano se oponía, fue una sorpresa muy desagradable por el peligro que tiene", añadió el diestro. Aun así, a día de hoy, cuenta con su total apoyo.

    Ese peligro del que habla lo vive intensamente otra persona muy cercana al propio Cayetano: su mujer Eva González (36). Según el torero, la modelo nunca le ha pedido que deje su profesión, pero sufre mucho: "Ya no va a las corridas, antes era menos consciente de todo, ahora me acompaña, pero me espera en el hotel. Es un momento terrible, así que cuando todo termina, le mandan un mensaje para confirmarle que todo está bien", confesó.

    Cayetano también recordó a sus padres. Sobre su madre, Carmina Ordóñez, desveló: "Ella aceptó que tenía un problema con las drogas y estuvo internada en un centro de desintoxicación. A veces las cosas salen bien o mal. Hay gente que tiene esa fuerza de voluntad necesaria y otra no".

    De su padre, como bien se sabe por declaraciones de su hermano, aún no ha recibido la herencia de muletas, trajes y capotes que el maestro quería que fueran para ellos: "La entrega se ha prolongado hasta 32 años. Ya es un tema sentimental entre mi hermano y yo, para nosotros no tiene precio", declaró Rivera. 

    Además, recordó la difícil situación que vivieron en su casa cuando falleció Paquirri: "Fue duro al ser algo público y nosotros tan pequeños. Había gente que se alegraba y nos llamaban a casa. Una vez cogí el teléfono y se trataba de una llamada anónima para reírse de la muerte de mi padre", confesó entristecido.